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Sebastian

No se donde estoy, pero es un bosque, lo único que no se, es en qué parte del mundo, veo a una chica con el cabello rubio suelto, acercándose a mi con un vestido blanco, se ve sonriente y no aguanto las ganas de abrazarla.

-Te extraño.-digo y me suelta.

-Eso es algo inevitable.-dice Jenny y se va caminando como si nada pasara. La sigo, por lo que veo a mi alrededor, estoy en el bosque de Los Ángeles.

-¿Puedo irme contigo?.-se gira mirándome como si no me conociera.

-¿quien eres y que hiciste con Sebastian?.-se pone a reír.-No puedes venir conmigo, eres ese chico que a pesar de todo se levanta.

-A este chico lo han pisoteado.-ella niega.

-Aun hay personas que te quieren.-Toma mi mano y me guía a una parte del bosque.

Hay una cama, está Morgan y yo estoy con ella dormido en su abdomen, se ve triste y preocupada, acaricia mi cabello y tiene sujetada mi mano, la puedo sentir.

-No, ella no...

-Te ama.-dice poniéndose enfrente de mi.-Ella tiene un espacio en su corazón donde tú estás.

-si pero no podemos.-toma mi cara.

-¿entonces por que pediste que la llamaran?.-no recuerdo haber pedido que la llamaran.-Tal vez sea novia de Jace pero ella te quiere, no es como su madre ni tu padre.-veo a Morgan y si.-Tienes que volver allá. Te faltan cosas por hacer, una de ellas es recuperarla.

-No podemos.-toma mi mano de nuevo y me lleva a otra parte, veo de lejos la imagen de Morgan y susurra algo pero no escucho.

-Si, ahora vete.-toma mis mejillas.-No eres el culpable de mi muerte, deja de hacerlo.

-¿crees que pueda hacerlo?, ¿conquistarla?.

-si le dices lo que sientes, si.

***

Despierto, a mi lado no se encuentra nadie, debió ser solo un sueño donde ella me visitaba, siento una arcada en mi estomago, corro al baño a soltar todo.

Cepillo mis dientes, voy a la sala a comer algo, no hay ningún desorden, sólo recuerdo un poco, destruir y tomar. Veo a la mujer con mi ropa haciendo algo para desayunar, sabe menear las caderas.

-¿listo para desayunar?.-Pregunta, ¿como pudo notar mi presencia?.

-Si.-respondo, sirve en un plato dos huevos y dos tiras de tocino formando una sonrisa, la miro mal y esta parece estar feliz.

Empezamos a comer, no cruzamos palabras, la veo tranquila y serena, ignorando las llamadas entrantes en su teléfono. Termina de comer y se pone de pie a lavar su plato, estoy dudando si ir con ella o no.

Te faltan cosas por hacer, una de ellas es recuperarla. Ella te ama.

-¿esto no te recuerda a algo?.-pregunto yendo hacia ella.

-¿qué cosa? Yo hice muchas cosas.-dice sin mirarme.

-Cuando éramos pareja.-digo colocando los platos cerca de ella.-Que después de lavar los platos tú y yo...

-si ya entendí.-suelto una carcajada.-no tienes que contar esos puntos.

-Tu con mi ropa puesta, en la mañana con el cabello despeinado, después de una ardua noche de...-suelta una risilla.

CHATEAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora