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Morgan.

-Hey.-dijo Sebastian cuando me acerqué a el.

-Hola.-dije, ambos nos miramos sonriendo, ninguno decía nada.

Podía ver sus ojos azules todo el día, todo el año, todo lo que dure esto, decidí hablar yo por que ya parecía una tonta quedándome callada y de seguro babeando mientras lo admiro.

-¿Terminaron las clases?.-se adelantó.

-No.-dije y en ese momento me hecho para atrás cuando el timbre sono.-debo irme, yo...-empeze a balbucear.

-Vámonos.-dijo colocando una mano en mi espalda.

Caminamos juntos hacia nuestra clase, tomamos asiento, Stacy estaba a mi izquierda, y Sebastian en mi derecha, la clase había empezado, anotaba todo en mi cuaderno, decoraba los bordes, los titulos y subtitulos, es tranquilizante dedicar mi tiempo a esto y más cuando la maestra está hablando de su vida, verificar que todo esta recto, en orden y presentable, por que si yo hago algo lo tengo que hacer bien.

Deje de decorar ya que la mano de Sebastian tomo la mía con la que estaba decorando y eso fue a escondidas, sonreí un poco notable, Stacy me dio varios golpes con el codo.

Al terminar la clase me despedí de Stacy, y le dije que no me iría con ella, si no con Seb, estaba esperándome afuera de su auto, abrió la puerta y entre.

-¿A donde vamos?.-pregunté abrochandome el cinturón de seguridad.

-a casa, nos cambiaremos.-encedio el auto y se fue manejando a la casa.-Ponte cualquier cosa, te ves hermosa de todos modos.-pude sentir mis mejillas se ponían coloradas.-Yo distraere a tu mamá y a mi papá, les diré que fuiste con Stacy a su casa, sales por la puerta trasera y el auto va estar a unos pasos de la casa.

-Espera..-dije sin entender.-Sebastian Stan...¿Me vas a robar?.-asintio, comenze a reír y le llame a Stacy.

-hola, tortolita-respondio alegre.

-Oye, si por cualquier cosa mi mamá te llama, dile que estoy contigo.-le pedí.

-ay picarona, algo vas a hacer.-dijo burlándose de mi.-Bien, yo te cubriré diciéndole que estas conmigo, no hagan nada malo.

-Gracias.-colgué riendo; mire a Sebastian, quien también se aguantaba la risa.-Vamos, ríete de esta chica que nunca se ha escapado de su mamá.-soltó una risa.

***

-Toma tu tiempo yo te esperare aquí.-dijo.

Entre a la casa sin hacer nada de ruido, subi a mi habitación y cerre la puerta, abrí mi closet y saque el vestido rojo con florecillas con manga, peine mi cabello, espero que este vestido sea para esta ocasión. Tomé una pequeña mochila, la cual nunca lleva nada pero por alguna razón la llevo a todas partes.

Salí de la habitación, camine hacia las escaleras, mi mamá estaba ahí de pie, con un pie en el escalón, no me ha visto por lo que me regrese a mi cuarto y tome mi teléfono.

Morgan
Mi mamá está en las escaleras, ¿qué hago?.

Sebastian
Sal por la ventana de enfrente.

Mire la ventana que estaba enfrente de mi, la abrí y salí, me aleje de esta por que mi madre estaba pasando, me senté y esperé a Sebastian, ahora entendía la frase de "nunca mires hacia abajo" por Dios estaba un poco alto, no podría saltar o me romperia el pie, eso o me iría con san Pedro.

-Morgan.-escuche, Sebastian estaba abajo.-Salta de ahí.

-Estas loco, me romperé un pie.-dije negando, pero me puse a dudar, si quería estar con el, debía saltar, en todo momento tendría que saltar.-¿Seguro que me vas a atrapar?.

-por supuesto.-me acerqué, levanto sus manos listo para atraparme,-Una....Dos...-cerre los ojos y después  salte, el aire envolvío mi cuerpo, cuando senti los brazos de Sebastian sujetándome agradecí por que él estaba ahí.-algo debe estar pasando en el cielo, por que los angeles estan cayendo.

-Ay, Sebastian.-dije sonrojandome y golpeando su pecho, me bajo para su pudiéramos entrar al auto.

***

Al lugar donde me llevo, era un restaurant junto a la playa, nos sentamos en donde había aire libre, con vista al mar, las decoraciones eran estupendas, con lucecitas, velas, flores en cada mesa, es hermoso.

Estiró la silla hacia atrás, para que yo pudiera sentarme, era todo un caballero, más que Evan. Pedimos de comer, yo había pedido una malteada de chocolate con unas papas fritas, un tazón grande para compartirlas, el quiso una malteada de vainilla y yo de chocolate.

-Háblame de ti, Morgan.-suspire.

¿Por que diablos no hice un ensayo de mi vida?.

-¿Qué quiere saber?.-di un sorbo a la malteada.

-Que te gusta.-mencionó.

-Bueno...Me gusta los baños de espuma.-soltó una risilla, sabía por que lo hacía.-Tengo una obsesión por la decoración, adoro decorar cada cosa que se pueda decorar, y recorrer la ciudad...comprar cosas para decorar, las cajas que tiene estampado de flores para guardar las cosas, también me gusta la joyería, más los collares.

-¿Por que?.-llegaron nuestras papas, tome una.

-por que todo para mi tiene un significado, y eso lo encuentro en ellos.-meti la papa a mi boca.-.Ya, sigo yo.-me miro atento.-¿Por que fuiste tan distante en los primeros días que llegaste?.

-Por que...sentía que no encajaba.-divago.-Además, quiero hacerle la vida imposible a mi padre.-lo mire confundida, no entendía el por que lo quería hacer, si el señor Stan siempre fue amable.

-¿Qué fue lo que paso con su casa?.-Tenso la mandibula.-Lo siento, no quería...

-No descuida.-me calmó, me miró a los ojos, no decía nada, tenía una sonrisa en sus labios.

-¿Quieres dejar de mirarme así?.-agache la mirada sonriendo.

-¿Cómo?.-se inclinó hacia adelante, rodeó los ojos.-¿Por que cierras la puerta de tu habitación con llave?.

-¿Por que me robaste mi ensayo?.-comenzamos a reír.-En serio no puedo creer que lo hicieras, lamentó si lo lanze al agua, ahí tengo el documento por si quieres hacerlo de nuevo.

-lamentó lanzarte al agua y meterme a tu baño de espuma.-Comió una papa.-y por verte casi desnuda.

-¿¡Me viste desnuda!?.-exclame en voz baja.-Sebastian, ¿Por que?.

-Si no lo hubiera hecho, no estaría aquí contigo.-lo mire con mucho amor.-creo que eso solo me hizo querer hacer esto.

-Si no me hubieras lanzado al agua no estaría aquí.-Nos quedamos viendo el uno al otro, tomo mi mano con la suya.-Bueno, tu trabajo.

-¿Ahora que sigue después de una cita?.-me pregunto, yo solté su mano.

-La pareja debe ver si serán novios o no.-comi una papa, mi respiración comenzó a entre cortarse, esperaba que hiciera la pregunta.

-Morgan...-toda mi atención estaba en el, vamos, preguntame las veces que quieras, podrán ser mil veces y mil veces te diré si.-¿no quieres otra cosa?.-Era hora de irnos.

Idiota yo.

-No.-sonreí sin mostrar mis dientes. Quería que me hiciera la pregunta, tal vez no estaba preparado, no debe hace presión, todo debe ser a su tiempo.

Pidió la cuenta, pagó la factura, salimos al estacionamiento y el camino más rápido que yo, abrió la parte trasera del auto, dejándome ver lo que había adentro, una caja floreada y adentro tenía una cajita pequeña con una carta alado, también había rosas pero primero me entregó la cajita roja y la abrió.

-¡Ay no puede ser!.-grité al ver el hermoso collar que había.-Sebastian no se que decir...-abri la caja nuevamente, para tomar la tarjeta, me quedé callada y lo mire expectante.

-Abrela.-tome la tarjeta, la abri...decía esa pregunta por la cual valió la pena esperar.

-Si.-dije abrazandolo. Me rodeó la cintura con sus brazos, juntamos nuestros labios en un beso.

CHATEAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora