Hace tiempo que no visito la playa. Mi padre siempre me llevaba, recuerdo que yo siempre caminaba por la orilla para buscar caracoles y él tomaba mi mano mientras que con otra tenía cargando el balde donde las llevaba.Jugábamos que debajo del muelle Santa Mónica era mi castillo, las personas tiraban monedas y las recogíamos para ponerlas en donación. Lo extraño, apenas era una niña que vivió esa horrible experiencia.
Sebastian estacionó el auto cerca de las tiendas, abrió la cajuela y saqué de ahí una sombrilla, y la bolsa donde venían nuestras cosas. Caminamos sobre la arena hasta llegar a un buen lugar donde no hubiese muchas personas, clave la sombrilla en la arena y puse la manta donde yo me sentaría.
Claro que no iba haber muchas personas, eran las 8 de la mañana en un sábado, a estar hora la gente descansa o sale a almorzar.
-¿me puedes poner bloqueador?.-mire a Sebastian por encima del hombro, le entregue la crema, tenía puesto un traje de baño de una sola pieza color azul celeste. Ya me había puesto en las piernas y brazos, sólo faltaba atrás, no era mucho lo que estaba descubierto, pero quería que Sebastian me tocara.
Se puso atrás de mi, colocó un poco en sus manos y comenzó a poner en mi espalda, masajeándola con sus mano maestras, suspire y beso mi cuello para después poner crema.
-mi turno.-se quito la camisa, me puse atrás de el y puse crema en mi mano.
Empiezo a mover mis manos por su espalda, músculos dándome un masaje, bese su cuello e hice que se derritiera, cambie de lugar para mirarlo frente a frente, me quede así un rato para agarrarlo a desapercibido, pase mis manos por toda su cara embarrándolo de crema, me miro furioso y yo corrí riendo hacia el agua.
-¡Morgan!.-lo mire, se veía tan gracioso.
-Te falto ahí.- señale y se lanzó hacia mi, tomo mi cintura y cómenze a reír casi gritando, me lanzo al agua cayendo de rodillas.-¡Sebastian!.-fingí que estaba llorando, de hecho si me dolió un poco.
-Perdón.-se acercó a mi preocupado, tome su mano y lo jalo, hice que cayera al agua. Una ola nos golpeó a lo dos. Nos abrazamos riendo a carcajadas.-Ven, vamos hacia allá.
-no sé nadar.-me tomo la mano, caminamos lentamente hacia más adentro del mar, poco a poco el agua fue llegando hacia mi garganta.
Sebastian podía caminar sin ponerse de puntitas, volteó a verme, el agua llegó hasta mi mentón y ya no puedo levantarme, la desesperación me comenzó a llenar y retrocedí un poco, no quería morir ahogada.
-te ves muy graciosa.-tomo mi cintura, rodee su cintura con mis piernas, quedando un poco más a su altura.
Nos sumergió a los dos, junto nuestros labios, yo pase mi mano a su nuca para profundizar el beso. Tomo impulso y ya estábamos en la superficie, quito varios cabellos que tenía en mi rostro.
-Eres hermosa.-no pude evitar sonreír hasta creo que me sonroje.
Decidimos salir del agua después de un buen rato estar jugando, me dio hambre y no había desayunado, cerca de donde estábamos había lugares para comer. Dejamos las cosas en el carro primero, y caminando fuimos hasta el dicho lugar.
Nos sentamos al aire libre, ordene unos pancakes y el igual, mire que nada más observaba el mar, unos chicos que andaban en una moto acuática.
-¿no te quieres subir a uno de esos?.-me pregunto, negué riendo.
-me dan miedo esas cosas.-la chica llego con lo que pedimos.
Empezamos a comer, hablamos de cualquier cosa, escuela, amigos, etc...
-Morgan...Perdón si te pregunto pero, ¿como falleció tu papá?.-deje de comer.
-un ataque al corazón.-dije mirando hacia la mesa y después al mar.-mientras que mi madre y yo estábamos en un velero con toda la familia.
-¿Que pasó después?.-tome una bocanada de aire.
-Llegó a tierra sin vida.-El agarro mi mano, la acaricio dedicándome una sonrisa.-estábamos navegando, el me estaba enseñando a hacerlo, sus manos estaban con las mías aferradas al timón, cuando de pronto me soltaron y...se desvaneció en el piso.
Acaricio mi mejilla y respire profundo para tranquilizarme, desde ese día le tenía pavor al mar, no aprendí a nadar.
Terminamos de comer, volvimos por nuestras cosas para guardarlas e irnos a casa. Cerré mis ojos y el aire golpeaba mi cara, sentí como la mano de Sebastian viajaba por mi pierna y acariciaba mi muslo, sonreí sin mirarlo, sólo lograría envolverme en el.
Llegamos a casa y mi madre ya estaba ahí, lo notamos por que él lujoso auto de Michael y su guardia estaban ahí afuera. Baje del auto tomando mis cosas y mire de soslayo a Seb.
-Sígueme el juego.-le dije, entramos y nos dirigimos a la cocina, estaba ella tomando un café con Michael.
-Morgan,¿donde estaban?.-nos miro a los dos.
-Fuimos a la playa.-dije y ella asintió feliz, debe estarlo por el curso y por que cree que ya nos llevamos bien.-Si...y almorzamos juntos, en lo que ustedes estaban fuera de la ciudad lo ayude a estudiar mucho y él me convenció de tomar un descanso.
-Mi hijo corrompiendo cabezas.-dijo Michael mirando a Sebastian.
Tenía razón en eso.
-Michael, tu hijo lo tenía merecido, mejor tutora no pudo tener.-sonreímos inocentes, como si no oliéramos a pecado.
-muchas gracias.-dice y yo niego.
-Si, Morgan es muy inteligente y me ha ayudado mucho.-palmeo mi hombro y después acaricio mi espalda.-Debió ser muy difícil para ella tener que lidiar conmigo.-todos reímos.
-Bueno, tomen asiento en la sala, compre palomitas para ver películas.-ella y Michael se fueron para allá, Sebastian y yo suspiramos cuando los evadimos.
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CHATEAU
Genç Kurgu"Los chicos buenos suben al cielo, pero los malos lo bajan para ti"