38. Fantomex

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Taylor miraba fríamente a Angelica, la tensión era palpable en el aire y podía cortarse con un cuchillo, estaba furiosa y eso era evidente. ¿Por qué la gente nunca le decía la verdad? Siempre se acercaban a ella y le decían mentiras o simplemente disfrazaban las cosas, siempre querían un beneficio de ella, siempre había sido así y estaba segura que jamás cambiaría.

—¿Taylor, que ocurre? —Bruce llegó a la sala en la que se encontraban los jóvenes y las mascotas, había escuchado una serie de gritos y alguna que otra mala palabra. Tony le había pedido qué interviniera.

—Estamos esperando a que Angelica nos diga la verdad, tío Bruce. —Taylor en ningún momento apartó su mirada de la pelirroja. —. Te escuchamos, Jones.

Angelica dudo, miro de reojo a Bruce, que se había puesto junto a Taylor y le brindaba apoyo, claro que ella no quería de enemigos a Hulk, Iron Girl y Iron Man, simplemente no sabía cómo manejar aquello. —Después de que escape de la reina blanca, me uní a Los X-Men, eso ya lo sabías T.

—Falta la parte que no mencionaste.

—Hace unos dos años apareció algo, más bien dicho, alguien que fue diseñado para exterminar a toda la raza mutante. Mi misión era acabar con él, Peter y yo fuimos a su encuentro, durante la pelea su máscara salió volando, no podía creer lo que veía pero era él...

—¿Quién? —preguntaron Bruce, Reyna y Jason, que no entendían nada pero aún así querían saber.
















Taylor no podía creerlo, eso era imposible, él jamás haría algo así, él era bueno, estaba segura de aquello. La joven Stark llevaba más de una hora dando vueltas por su habitación como si de un león enjaulado se tratara, estaba rastreando al sujeto con el que se había "encontrado" breve mente fuera de la torre, su tío Bruce estaba sentado en el sofá que había dentro de la alcoba y la observaba sin decir palabra alguna, si Taylor era igual que su papá, debía esperar a que se calmara y que por si sola comenzara a hablar.

—Necesito un trago. —murmuro Taylor sentándose junto a Bruce. —, Mi cabeza va a explotar en cualquier instante y mi ojo parece estar muy divertido cuando tiembla incesante.

—Creo que en lugar de un trago, necesitas unas aspirinas y dormir.

—Eso es para inexpertos. —Taylor se levanto y camino hasta el mini bar de su habitación, le ofreció a Bruce y este negó así que solo sirvió whisky para ella, de un solo trago se tomo el primero, sonrió al sentir aquel ardor en su garganta, sirvió otro y ese si que lo bebió con moderación, regreso a su asiento y siguió bebiendo sin decir nada más. Taylor era consciente de lo muhco que había estado bebiendo demasiado desde los acontecimientos en New York, esa había sido una de las muchas razones para buscar su independencia, con su papá y Pepper, en casa debía cuidarse en exceso.

Su reloj comenzó a emitir una alarma después de que termino su segundo trago, había dado con el enmascarado. Taylor se puso de pie, palmeo el hombro de Bruce en señal de despedida y salió de su habitación, dejando al científico dentro. Pasó por la sala de estar e ignoro a sus amigos, que jugaban con sus mascotas, ni siquiera les dirigió una mirada, simplemente paso de ellos como si no existieran y bajo hasta el estacionamiento, donde subió su auto y se dirigió a aquella dirección, a las afueras de la ciudad.

Taylor pisaba el acelerador a fondo, el vehículo se movía a gran velocidad por la carretera, el enmascarado de traje blanco parecía estar alejándolos cada vez más de la civilización, la castaña sabía que debía dar la vuelta y volver a la torre, tenía un mal presentimiento pero quería confirmar lo que Angel había dicho, necesitaba verlo con sus propios ojos. Freno de golpe al darse cuenta que el desconocido había desaparecido de repente, bajo de su vehículo y comenzó a buscarlo con la mirada, le pidió a su IA que hiciera exactamente lo mismo, nadie desaparecía solo porque si sin dejar rastro alguno.

𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora