63. Hermana mayor

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Taylor bajo la bolsa de papel que llevaba, dónde cargaba algunas cosas que había comprado en el supermercado, Derek la miraba seriamente al igual que Meredith, ella no pudo evitar cuestionarse si le habían encargado algo y simplemente lo olvido, estaba segura de que no era el caso. Incluso le preguntó a F.R.I.D.A.Y., mientras ponía algunas verduras en el carrito. No había olvidado nada.

—¿Ocurrió algo? —Taylor preguntó al ver que su seriedad no se iba. Comenzaba a sentirse ansiosa.

—No puedes cargar nada pesado. —Meredith dijo levantando la bolsa. —¡Y esto pesa demasiado!

Taylor se quedó en silencio, desde hacía dos semanas que la asfixiaban. Sus padres se habían ido de viaje junto con el pequeño Jamie pero llamaban diario, comenzaba a sentirse ligeramente estresada, principalmente por lo mal que estaba llevando esas semanas de embarazo. Despertaba y vomitaba, comía algo y vomitaba. En verdad la pasaba fatal y no ayudaba para nada, lo protectores que eran con ella. Siempre había sido demasiado independiente y tener tantos ojos sobre ella, la hacía querer enloquecer.

—De acuerdo. —Taylor dijo después de unos momentos. —Hablaremos claro, ¿de acuerdo? Porque comienzan a ponerme de mal humor y me dan ganas de clavarles un cuchillo en la carótida para que no vuelvan a molestarme. Entiendo que se preocupen y lo apreció mucho, chicos. En verdad que sí pero necesito vivir mi vida, no tienen que tratarme con guantes de seda o algo parecido, aún soy capaz de ir a hacer mis compras, ir a trabajar y salir a comer unas donas sí así lo deseo, así que por favor, sean buenos y no me obliguen a irme a Londres para huir de todos ustedes. También lo digo por ti, Anthony, sé muy bien que me vigilas.

—Solo queremos saber que estas bien. —dijo Meredith pasandole un mechón que le caía al frente, hacía la oreja. —Tay, nos preocupamos por ti.

—Lo sé y lo apreció pero asfixiándome no lo hacen. Apreció que se preocupen pero no es como si fuera a morir o algo parecido.

Ambos asintieron y tomaron la decisión de darle privacidad, salieron de la residencia dejándola sola y Taylor sintió que volvía a respirar.

Acomodo las cosas de su despensa y después fue a recostarse mientras veía películas y dormía intermitentemente, aún se sentía muy cansada así que cada que tenía oportunidad, cerraba los ojos para dormir un rato. Agradecía que aún no se le viera, tan solo tenia 11 semanas de gestación, apenas y se notaba un pequeño bulto, claro que tenía en cuenta que en algún momento su cuerpo cambiaría por completo y crecería pero no le molestaba, en realidad estaba lista para eso.

El insistente sonido de su celular la hizo salir de su pequeña siesta que comenzaba a tomar nuevamente, respondió sin fijarse en el remitente ya que suponía que eran sus padres.

—¿Hola? —dijo Taylor con voz adormilada y acomodándose para dormir mejor en cuanto colgara.

—Hola señorita Stark —respondió una voz bastante nerviosa del otro lado, Taylor frunció el ceño. Se le hacía conocida. —, soy Peter Parker, nos conocimos la vez que entro a mi casa junto con el señor Stark y me llevaron a Alemania...

—Sí, se quien eres Peter. ¿Ocurre algo? —Taylor bostezo y se estiró en un intento de luchar contra el sueño que tenía.

—Bueno... verá... es que yo quería preguntar si... bueno, en realidad quería pedirle un favor, mi mejor amigo se entero... ya sabe, mi secreto. El hombre araña y le dijo a la mitad de la escuela que yo conocía a Spider Man y a Iron Girl, lo hizo solo para impresionarlos... Hoy habrá una fiesta y mis compañeros... uh... ¿usted podría...? —la voz de Peter sonaba entrecortada y parecía que estaba a nada de comenzar a llorar, Taylor se sentó en la cama y sonrió con demasiada ternura, después recordó que el otro no podía verla y se golpeó mentalmente por eso.

𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora