𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔

84. Howard e Irina

Nunca estas realmente preparado para perder a alguien, no importa con cuánto tiempo te anticipen. Tú cerebro no es capaz de asimilarlo, intenta convencerte de que ese ser amado será la excepción. Que se quedara contigo hasta que estés listo, pero, realmente jamás lo estarás y Taylor lo sabía muy bien.

Cuando Howard llegó a su vida, fue en su cumpleaños número quince, desde el primer momento hicieron click, la joven en aquel entonces, se enamoró perdidamente de su cachorra. No fue un camino fácil, Howard le destruyó muchos zapatos, ropa e incluso trajes de Tony. Los volvió locos en muchas ocasiones, e incluso asistió un tiempo al MIT, donde actualmente se encuentra una fotografía suya en el muro de los graduados junto a la de Taylor Stark.

Desde que apareció en su vida, Taylor no volvió a sentirse sola jamás. Tenía consigo a alguien que la amaba incondicionalmente y se quedaba a su lado en las noches malas o las que eran de trabajo; o simplemente en las noches que no podía dormir. Howard estaba a su lado y hacia aquellos gestos que siempre le sacaban una sonrisa.

—¿Cómo está? —preguntó Steve poniéndose a su lado, Taylor giro el rostro y negó con la cabeza —. ¿Estás lista?

No, definitivamente no lo estaba. ¿Cómo puedes decirle adiós a tu compañera de vida? Su pequeña Howard, su hermoso y desastroso bebé.

—Papá, Mer y mamá están despidiéndose —dijo Taylor cuando se dio cuenta que Bruce, Happy, Rhodey, Sam, Angelica y Bucky estaban ahí —. Después entrará Charlie y... bueno, sí alguien más quiere hacerlo.

—Yo quiero —dijo Rhodey apretándole la mano. Taylor sonrió en respuesta. Ella siempre había amado a su tío Rhodey, pero ahora, con la ausencia de Derek, ese amor se había intensificado; también los unía la pérdida y el dolor. Era esa clase de conexión que no puedes explicar porque ni tú mismo lo entiendes —. ¿Podemos hacerlo juntos?

—A mi también me gustaría entrar con ustedes —añadió Happy de inmediato —. Recuerdo que me destruyó varias pantuflas.

Todos rieron.

Sí, Howard había hecho muchas travesuras de cachorra.

Pasaron algunos minutos más hasta que finalmente salieron Tony, Meredith y Pepper, los tres se limpiaron las lágrimas del rostro. Taylor suspiró y ánimo a Charlie para que entrara, terminó ingresando con ella porque no quería hacerlo sola.

Howard estaba acostada en la mesa metálica, se veía muy cansada y tenía suero en una de sus patas. Aún así se puso de pie cuando ambas entraron y les movió la cola.
Taylor cargo a Charlie para acercarla más a la mascota.

—Hola amiga —susurró la pequeña —, gracias por cuidar de mi desde que venía en camino. Nunca voy a olvidarte y haré que mis hermanos te recuerden siempre, ¿sí?

Howard siguió moviendo la cola y lamió dos veces la mejilla de Charlie. La niña rio por aquello y la abrazo con fuerza, entonces fue bajada por su madre y salió de la habitación, dejando que Rhodes y Hogan entraran. Cada uno se despidió y le recordó lo buena chica que era. Ella ladró débilmente en respuesta.

Finalmente se quedaron a solas. Ambas se veían fijamente, Taylor lloraba sin poder evitarlo y Howard limpiaba sus lágrimas a lengüetazos.

—Fue un largo viaje, bebé —murmuró entre sollozos Taylor —. Gracias por salvarme de la soledad, por ser mi confidente y mi compañera de viaje.

Howard siguió lamiéndole el rostro hasta que finalmente se recostó de nuevo, fue el turno de Taylor de acariciarla y besarle la cabeza mientras su respiración intentaba regularse.

—Siempre he creído que los perros tienen un propósito, ¿sabes? En un principio pensé que tu propósito era verme feliz, pero fui feliz por mucho tiempo y seguías a mi lado, después creí que tu propósito era acompañarme hasta que mi último bebé llegará y bueno... —sorbió su nariz y sollozó con un poco más de fuerza —... Ahora hay un nuevo bebé en camino, pero, nadie debe saberlo. Steve debe sorprenderse, bueno, no creo que lo haga tanto. Él me dijo que quería una familia más grande, que quería más de nosotros... y aquí estoy, con tres semanas de gestación y diciéndole adiós a una de mis mejores amigas; ayer mientras platicaba con mamá ella dijo: "¿y si su propósito era verte realmente feliz con el amor de tu vida?" Y creo que es verdad, creo que te estás yendo porque crees firmemente que ahora estoy en buenas manos y podré hacerlo sin ti y sin Derek.