60. Equipo Iron Man

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Civil War.
Parte 3.

Taylor suspiró de alivio en cuanto le quitaron la bolsa de hielo de la cara y le aseguraron que el moretón y lo rojo se le quitaría en unas semanas.

—Entonces supongo que no tienen idea de dónde están. —dijo el secretario Ross, viendo a ambos Stark, a Natasha, Derek y Charlie.

—La tendremos. —dijo Tony. —GSG 9 ya patrulla las fronteras. Vigilancia aérea las 24 horas. Los encuentran y son nuestros.

—No lo entienden. No les toca encargarse. Es obvio que no pueden ser objetivos y mucho menos Taylor. Enviaré a Operaciones especiales.

—¿Qué pasará cuando inicie el tiroteó? —cuestión Natasha. —¿Matará a Steve Rogers?

—Si nos vemos obligados, sí.

—Barnes habría sido eliminado en Rumania de no ser por Rogers. —dijo Ross en lo que Taylor se puso de pie rápidamente al ver que su papá se dejaba caer en una de las sillas. —Hay personas muertas que ahora estarían vivas. Y puede verificar mis cifras.

—Con todo respeto, no resolverá esto con hombres y balas, Ross. Deje que los capturemos.

—¿Y por qué será diferente de la última vez?

—Secretario, porque esta vez no iré vistiendo una camisa de seda con saco.

—Y yo no llevaré unos lindos tacones. —afirmó Taylor. —No se preocupe, si es necesario, yo misma le traeré el cadaver de Steve Rogers y Bucky Barnes.

—Setenta y dos horas, garantizado. —dijo Tony.

—Treinta y seis horas. —demandó el secretario comenzando a dar la vuelta para retirarse. —Barnes. Rogers. Wilson. Jones.

—Gracias, señor. —dijo Tony y soltó el aire que retenía. —Mi brazo izquierdo se entumeció, ¿es normal?

—¿Estás bien? —le pregunto Natasha, viendo el rostro pálido de Taylor y apoyando su brazo en el hombro de Tony.

—Yo siempre.

Todos se quedaron en silencio unos segundos.

—Treinta y seis horas. —dijo Tony mientras suspiraba y tomaba la mano de Taylor, que parecía ausente y muy afligida.

—Tony, nos urge encontrar personal. —dijo Natasha viendo de reojo el rostro de Taylor.

—Oh sí, me haría feliz un Hulk conmigo ahora. ¿Y si le dices?

—Pues, ¿y tú crees que se pondría de nuestro lado?

—Mmm. No.

—Tengo una idea.

—Igual yo. ¿Dónde está la tuya?

—Está abajo. Oye ¿y la tuya?

Tony sonrió de lado y se puso de pie abrazando a Taylor por los hombros. Sin decir nada, camino hasta donde se encontraba su helicóptero e hizo a su hija subir, irían sólo ellos dos. Necesitaban pasar tiempo a solas. Ambos parecían necesitarse mutuamente aunque claramente jamás lo admitirían.








Queens.

Taylor y Tony tocaron la puerta de aquel apartamento en Queens, una hermosa mujer castaña y de ojos cafés les abrió la puerta abriendo los ojos en sorpresa y dejándolos pasar. Les ofreció pan de nuez, Taylor se negó alegando Alegría dejando que su padre fuera el único que probara aquello. Claro que no se negó cuando le ofrecieron café, era lo que necesitaba en aquellos momentos. Una dosis de cafeína.

𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora