𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔

10. Proyecto secreto

Tony llegó a casa y subió directamente a su habitación, se dio un baño y cuando salió fue cuando notó el bulto en su cama, sonrió y se puso su pijama para finalmente ir a dormir. Se avista a un lado de su hija y la atrajo hacia él, recordaba que él la había dejado un poco más llenita y ahora parecía ser solo un palito con ojeras y una piel muy pálida. Tendría que preguntarle a todos que ocurrió en su ausencia pero lo haría al día siguiente, de verdad estaba agotado. Sintió como lentamente se fue dejando llevar por el sueño y esa fue la primera noche después de tres largos meses en que él no tuvo pesadilla alguna, Taylor le brindaba una paz indescriptible. Esa fue la primera noche que Taylor durmió por voluntad propia y sintiéndose completa.

Tony fue el primero en despertar y con mucho pesar se levantó dejando a Taylor sola en la cama sintiendo un gran vacío, en verdad había extrañado a su hija.

Pepper se sorprendió al ver a Tony despierto tan temprano pero sabía muy bien porque, él quería saber sobre la condición de su hija y no lo culpaba, Taylor no era lo que solía ser.

—¿Qué fue lo qué pasó? —preguntó en cuanto su café estuvo listo, se sentó frente a Pepper y esta comenzó a contarle todo lo que había ocurrido desde que había desaparecido.

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—J, ¿dónde está papá? —preguntó Taylor una vez que se despertó

—El señor Stark, la espera en el taller

Taylor no perdió el tiempo y bajo corriendo, en cuanto entro noto como Pepper salía asqueada y con la mano llena de algo, hizo una mueca y se alejó para evitar llenarse de aquella sustancia de procedencia dudosa.

—Al fin despiertas, tenemos mucho trabajo que hacer —comenzó Tony, poniéndose una playera —pero antes, debemos ir a desayunar. —sin darle tiempo a responder, subió las escaleras llevándose a Taylor de la mano.

—¿Ya te dijo, cierto? —preguntó la castaña bebiendo de su malteada de fresa, Tony la miro y asintió con una expresión de dolor

—Debes cuidarte, no sé qué haría sin ti. Eres el mejor error que he cometido y no quiero perderte —beso la frente de su hija y termino su desayuno.

Taylor uso una mueca entre disgustada, ofendida y divertida —¿Tú error favorito? Por favor dime que no tengo hermanos por ahí, regados. —bromeó un poco, terminó su comida con mucho trabajo. No tenía apetito.

Taylor subió a tomar una larga y relajante ducha, esta ocasión optó por usar un vestido color salmón, pegado al busto y suelto de lo restante, le quedaba más arriba de la rodilla así que se puso un short de mezclilla abajo, unos tenis negros y ajusto el vestido con un cinturón para que no se notara tanto su gran pérdida de peso, después de agendar una cita con un nutriólogo por pedido (exigencia) de Tony, se dirigieron a la base militar a visitar a Rhodey.

—El futuro del combate aéreo, tripulado y no tripulado —Rhodey caminaba explicándole a los de menor rango —en mi punto de vista, señores, ningún vehículo aéreo no tripulado puede superar al piloto y su experiencia , su instinto y su habilidad de ver en una situación más allá y discernir de lo obvio, es sentido común del piloto.

—Coronel —saludó Tony, llegando con su mejor amigo siendo seguido de cerca por su hija —¿Qué Tal un piloto sin avión? —preguntó logrando picar la curiosidad de Taylor. ¿Era lo que le había comentado horas atrás?

—Miren quienes aparecieron —Rhodey señaló a los recién llegados —el señor Tony Stark, y la señorita Taylor Stark.

Taylor solo asintió viendo a aquellos soldados mientras su padre estrechaba sus manos.