𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔

55. Angelica se muda

3 meses después.

Taylor estaba luchando con todo en su interior por no quedarse dormida, mientras seguía aquella junta ejecutiva. Ahora entendía porque su papá había renunciado al puesto de C.E.O., en su empresa. No entendía porque solo hablaban y hablaban o porqué debía estar ahí. Después recordó que era la dueña y C.E.O., y se le paso.

Finalmente terminaron aquella junta, donde se trataron temas sobre un nuevo edificio para hacer crecer más la empresa, esta vez llevándola a Londres, con nuevos proyectos sobre maquinas que no contaminaban en lo absoluto, en realidad era todo lo contrario, todo contaminante lo transformaba en oxígeno limpio a base de un proceso interino de la máquina. Taylor ahora tenía trabajo extra, debía viajar a Londres a pedir los permisos, buscar quién sería el C.E.O., en la sede de allá, terminar de planear la boda de sus amigos y tener una relación con su novio que se la vivía entrenando a los nuevos miembros del equipó y de misión.

Stark ingreso a su oficina y dejo escapar todo el aire que no sabía había estado conteniendo, volvió a la realidad cuando su celular comenzó a sonar, lo atendió sin fijarse en el remitente. Solo quería que alguien la hiciera salir de sus deberes como empresaria. ¿En qué momento pensó que sería buena idea tener su propia empresa?

—¿Hola?  —cuestionó yendo a sentarse a su muy cómoda silla con ruedas, ubicada en el escritorio de cristal que estaba repleto de documentos y una computadora que tenía post-it pegados sin orden alguno.
—Condón roto. ¿Estás ocupada?

—Hola papá, uh... no, no estoy para nada ocupada. ¿Ocurre algo?

—Sí, casi no te he visto en los últimos meses, quiero hablar contigo.

—Ya te dije que no quiero un tractor y no voy a mudarme a una granja.

—No quería hablarte de eso pero ya que lo mencionas, ¿estás segura? vi unos tractores muy lindos.

Taylor rodó los ojos.  —Muy segura. ¿Qué necesitas?

Tony guardo silencio unos momentos, alertando a su hija.  —Es... las cosas no van bien con Pepper. ¿Tienes tiempo para un café?

—Voy para allá.  —Taylor colgó la llamada, se puso de pie velozmente, tomo su abrigo y salió de la oficina, dejando le claro a su asistente que no estaba disponible para nadie que no fuera su papá.

Taylor condujo a toda velocidad por las tan transitadas calles de Nueva York, hasta llegar a Long Island, lugar donde se encontraba la residencia de su padres. Grande fue su sorpresa encontrarlos a ambos, esperándola en el porche. Rápidamente comenzó a hacer memoria sobre lo que había hecho en los ultimas semanas, estaba segura que no se había metido en problemas. No tenían porque regañarle, ¿cierto?

—¿Ocurre algo? —preguntó en cuanto salió de su vehículo y tuvo a la perla frente a frente.

—Perdona la pequeña mentira, era la única manera hacerte venir. —Tony le regalo una sonrisita que indicaba claramente que no sentía culpa alguna.

Pepper los hizo entrar a ambos, para que finalmente, los tres tomaran asiento en la sala, el lugar se veía diferente, Taylor no estaba segura que había cambiado, solo sabía que habían hecho modificaciones.

—¿Quieres algo de tomar, cariño?

—No, mamá. Gracias.

—¿Algo de comer?

—No, papá. Gracias.

Los tres se quedaron en silencio, el ambiente se sentía un poco incómodo, Taylor aprovecho para inspeccionar todo con la mirada, en un intento de averiguar que era lo que había cambiado.