28. No dejes de correr

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72 horas desde la desaparición de Taylor.

La desesperación iba a dominarlo, ¿Cómo era posible que una agencia súper secreta no pudiera rastrear a una adolescente de 16 años? Habían tenido tres sospechosos y los tres estaban muertos, alguien se les había adelantado, de nuevo.

Tony veía una y otra vez las fotos que pasaban en la pantalla, todas eran de Taylor, en las últimas sus ojos brillaban algunas veces y en las otras, simplemente se veían opacos, tomó en brazos a Howard, que no dejaba de llorar y aullar, la llamada de Skype entrante en su celular lo alertó, todos lo miraron.

—¿Esperabas una llamada? —preguntó Pepper, Tony negó.

—Jarvis, rastrea la llamada —ordenó antes de responder, en cuanto lo hizo, el rostro de Taylor apareció. —. ¡Condón roto! —la alegría había vuelto brevemente.

—¡Ancianito! Intente llamar a emergencias pero no conectó.

—¿Te encuentras bien? ¿Dónde estás?

—No lo sé. Me han cambiado de lugar y de ropa en más de una ocasión —la cara de Taylor estaba roja en extremo. —. Estoy en un edificio, me tenían encerrada.

—¿Dónde? ¿Qué edificio? ¿Qué ves por la ventana?

—Nada —Taylor sollozó en desesperación —, no veo nada. Las ventanas están cubiertas —, se escucharon gritos desde el lado de Taylor, esta miró detrás de si y con cara aterrada vio a su papá —, ya se dieron cuenta que escape.

—Bebé, sal de ahí. Corre, corre. —Tony se quedó viendo el techo desde el celular después de que Taylor lo soltara por los nervios y saliera corriendo.

—Señor, ya tengo la localización. Me temo que no son buenas noticias, la llamada proviene de Paris, Francia. —la voz de Jarvis dejó a todos helados en sus sitios.







El celular de Tony no dejaba de sonar, era un número desconocido, tenía más de treinta llamadas perdidas, su teléfono volvió a sonar, era el mismo remitente, con cansancio decidió atender.

—¿Si? —la voz de Tony se escuchaba ronca y cansada.

—¡Al fin! —la voz en la otra línea lo hizo paralizarse, ¿Cómo había obtenido su número? —¿Qué saben del caso? ¿Por qué no atendías? Llevo días intentando localizarte.

—Fuiste a su graduación. —fue lo único que Tony pudo decir, Rebeca suspiró conteniendo lo que sentía en aquellos momentos.

—Lo hice.

—¿Qué quieres?

—Encontrarla, Tony. Voy a ayudarte a que recuperes a tu hija, te veo en el parque en cinco minutos. —colgó.







—Hola. —Rebeca se sentó junto a Tony en la banca que éste se encontraba y le dio el café que le había comprado, el mencionado no volteó a verla.

—Se oía tan asustada, lo escuché en su voz, igual que cuando era niña y no hay nada que hacer —Tony parecía ausente, Rebeca tomó su mano un poco dudosa —. Quiero que vuelva.

—No vamos a rendirnos, Tony.

—¿Por qué?

—¿Qué?

—¿Por qué quieres ayudar? Taylor jamás te intereso.

—Hay muchas cosas que no sabes y que no pienso explicar. —Rebeca intentó soltarlo pero Tony no la dejó.

—Gracias, gracias por haberla tenido.

—Era una bebé adorable.

—Sigue siendo un bebé adorable, solo que ahora es berrinchuda y caprichosa —Tony soltó una risa ligera contagiando a Rebeca —. ¿Quieres ayudar?

—Por supuesto.

—Trae tú pasaporte, iremos a recuperar a nuestra hija.








75 horas desde la desaparición de Taylor .

Pepper caminaba de un lado a otro, Derek la miraba desde el sofá en el que estaba acostado, llevaba horas intentando dormir pero no podía, sabía muy bien que no descansaría hasta ver a Taylor, los agentes se habían ido dejando a unos cuantos para cuidar la casa, los golpes en la puerta lograron alertar a la rubia y al joven, Pepper abrió rápidamente la puerta encontrándose con Natasha, Rhodes y Barton.

—¿Hay noticias? —preguntó Pepper en cuanto los vio, Rhodey se acercó hasta donde estaba su hijo, Derek se sentó rápidamente dejándole espacio y en cuanto su padre tomó asiento, lo abrazó escondiendo su rostro en el cuello de su progenitor, estaba aterrado y temía lo peor, comenzó a llorar aún oculto en la seguridad y protección que su papá le brindaba y Rhodey lo dejó, después de todo, tan sólo era un niño de dieciséis años que ya había perdido a dos grandes amigos.

—No —Natasha fue la que habló después de dejar de prestar atención a los Rhodes —, aún no.

—¿Dónde está Tony?

Clint, Natasha y James la miraron sorprendidos.

—Creímos que estaba aquí —el agente Barton recorrió el lugar con la mirada —, dijo que estaría aquí.

—No puede ser —Pepper suspiró con frustración y comenzó a caminar en dirección al taller, siendo seguida por los agentes, el adolescente que aún lloraba y el Coronel. Potts ingresó el código, la puerta inmediatamente se abrió y todos se adentraron, Pepper se acercó hasta la caja fuerte que estaba detrás de un cuadro donde salía Taylor, ingresó nuevamente el código asegurándose que nadie la viera y no encontró el pasaporte de Tony, ni el de Taylor. —. No está, maldita sea. ¿Cómo fui tan estúpida?

—¿Qué pasa? —Clint preguntó viendo a la mujer que parecía estar furiosa.

—Los pasaportes no están.

—No puede ser —Rhodey llevo una mano a su rostro —, es un idiota. Solo conseguirá que los maten a ambos.

—Está actuando como un padre, yo haría lo mismo —Clint hablo para sorpresa de todos —, si tuviera hijos y estoy seguro que tú harías lo mismo. —, señaló a Rhodey.

—Prepárate —Natasha miró a Clint —, tenemos que viajar.

Ambos agentes se retiraron.












Paris, Francia.

Taylor había sido sedada de nuevo, después de su casi escape victorioso, cambiaron nuevamente la ubicación en la que se encontraban, no iban a exponerse a que ya los tuvieran localizados. La habían drogado lo suficiente para que no despertara en por lo menos unos días, un médico los ayudaba a mantenerla estable. El hombre intentaba ayudarla disminuyendo la dosis sin que los captores se dieran cuenta, él tampoco quería estar ahí pero tenían amenazada a su familia y no permitiría que les hicieran algo. No tenía opción.

El hombre de ojos verdes era el jefe de todos, le hubiese encantado desquitarse de otra manera, sabía que la joven chica no tenía la culpa de lo que su familia había hecho, incluso dudaba que ella supiera quien era su abuelo materno, quien era el esposo de su madre... ella era ajena a todo aquello, estaba seguro de eso y sin embargo, era la única que pagaría los platos rotos. Así como su joven hija, de la misma edad que Taylor tenía ahora, había pagado por algo que él había cometido. Su peor error siempre sería haber confiado en HYDRA, ¿el peor error de HYDRA? Haberse metido con su familia.

—Скоро все закончится —susurró antes de salir de la habitación y dejar a la joven Stark en su inconsciencia inducida.


Van a matarme pero desde hace días según yo, había subido el capítulo y se quedó en borrador 🤣🤣

𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora