58. Acuerdos que hacen desacuerdos

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Civil War
Parte 1.

Semanas después.

Taylor se encontraba de nuevo en aquella carretera, era de noche, las lámparas alumbraban el camino, había arbustos, tierra y un vehículo antiguo accidentado, ella frunció el ceño y se acercó dispuesta a obtener las respuestas que numa tenía debido a que siempre despertaba demasiado rápido.

Alguien carraspeó detrás de ella, antes de que pudiera llegar a la puerta, Taylor se giró encontrándose con un hombre de cabello negro y bigote del mismo color, ella sabía muy bien quien era, había visto su fotografía en más de una ocasión y había visitado su tumba a escondidas cuando más lo necesitaba.

—Hola, criatura. —dijo él, con una sonrisa de lado viéndola fijamente. —Tienes los ojos de Maria, ella no debe tardar en llegar, quería estar presentable para ti.

Taylor abrió los ojos en sorpresa y en efecto, apareció una mujer de cabello rubio y ojos entre verdes y azules, a ella también la conocía, incluso podía decir que la amaba, a ambos.

—Mi pequeña T, como has crecido. Ya eres toda una mujer. —dijo la mujer con entusiasmo. —Felices 22. Algo atrasado pero la intención es lo que cuenta.

—Maria, no venimos a eso.

—No seas tan amargado, querido. Es la única oportunidad que tendrás de hablar con tu nieta, Howard. Mírala, es toda una mujer.

—Sí, muy hermosa, también tu hermano es precioso. El punto es...

—¿Howard? ¿Maria? ¿Nieta? Bien, dejare de tomarme ese té raro que Mia me mando de Asgard. Comienzo a enloquecer.

—No hay mucho tiempo. —dijo Howard con la seriedad gobernando su rostro. —Nunca han estado solos, siempre hemos cuidado de ustedes y siempre lo haremos. Se van a necesitar mucho, cuídate, Taylor y sigue tocando el piano, me gusta cuando lo haces.

Maria asintió mientras sonreía. —Mi pequeña T, el perdón es un arma muy poderosa. No permitas que el rencor y el dolor se apoderen de tu buen corazón, seguiremos cuidando de todos ustedes.

Maria y Howard se acercaron a Taylor como si fuesen a tocarla y ella se estremeció al pensar en aquello porque eso podría significar demasiadas cosas.

—Casi lo olvidó. —Maria sonrío. —Felicidades y también felicítame a Meredith, se que lo harán genial. Recuerda muy bien lo que te dijimos.


















Wanda estaba sentada en una cafetería de Lagos, con una gorra puesta en la cabeza, Pietro, su hermano, estaba sentado frente a ella, ambos parecían disfrutar de sus bebidas mientras veían disimuladamente todo a su alrededor para poder dar su informe a Steve, que estaba oculto en un departamento cerca de ahí, para poder observar el perímetro, Natasha se encontraba en otra de las mesas de la cafetería, cerca de los mellizos, mientras bebía de su taza y les explicaba que aquella camioneta roja que les había parecido linda era blindada, lo cual significaba seguridad privada, Armas y problemas para ellos.

Wanda les recordó que ella podía mover cosas con su mente y Pietro alardeó con su súper velocidad, Natasha les recriminó que aprendieran a ver sobre su espalda más seguido, ganándose una pequeña burla por parte de Sam por su paranoia. Steve les pidió que se concentraran y le indicó a Sam que analizara el camión de basura que iba pasando, el escáner en rayos X, les indicio que el conductor iba armado y el camión iba al límite de su peso.

Sam voló a toda velocidad en su dirección y Steve salió corriendo para unirse a la batalla, el camión dio directo contra un centro de enfermedades infecciosas, dándole así el acceso a dos camiones de carga amarillos, donde viajaban los hostiles. Estos comenzaron a disparar a diestra y siniestra, arrojando un gas dentro del centro, Steve llegó desde arriba y le dio directo a uno de los enemigos para después usar su escudo y protegerse de las balas, le lanzó el escudo a otro de los sujetos y corrió contra otro para sacarlo volando de una patada.

𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora