79. Toda una reina

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Las campanadas de la iglesia se escuchaban cuatro cuadras a la redonda. Era evidente que era el llamado para una ceremonia, que daría sus inicios pronto, donde dos personas llevadas por el amor, se unían para siempre. O al menos así lo marcaba la tradición.

Dentro de ella podía sentirse un ambiente anhelante, emocional, emocionado y sensible, reflejándose por completo en los detalles de la decoración. El clásico color blanco era acompañado de pequeños detalles en dorado y plata, haciéndolo lucir más atractivo y envolvente. Los asientos llevaban cómodos cojines para que los invitados pudieran disfrutar por completo la ceremonia, que en algunos casos podía volverse tediosa, y la novia lo sabía bien. Había sido dama de honor en tres bodas con anterioridad.

Los invitados habían estado llegando poco a poco, mientras, a la espera del comienzo de la boda entre Taylor Stark y William Peirce, conversaban entre sí, para pasar con más "calma" los minutos de espera.

Pepper sostenía en sus brazos a una pequeña Morgan Stark, de dos semanas de nacida. A su lado, Tony entretenía a Jamie para que no comenzara a llorar. Ellos aún podían recordar el día de su boda, tan solo unas semanas después de que él regresara. Antes de que se comenzara a notar la panza de embarazo; tan solo habían asistido las personas más cercanas a ellos, pero sin duda alguna, había sido memorable para la pareja.

Meredith se encontraba junto a Thor y Mia, cargando a su pequeño hijo, de tan solo dos meses de nacido; Henry Rhodes.

—¿Cuánto te falta? —preguntó Meredith, viendo fijamente el vientre abultado de la reina de Asgard. Mia y Thor se habían casado hacía tres meses.

—Ocho semanas. ¿Es normal que me sienta más agotada?

Meredith asintió bastante divertida. Era algo completamente normal y frustrante.

Lejos de allí, en una de las habitaciones donde los novios debían prepararse, las cortinas se mantenían cerradas. La atmósfera era obscura y se sentía el pánico en el ambiente. Derek intentaba controlar a Taylor, que parecía estar a nada de salir corriendo del lugar.

—Tay, necesito que te calmes. Respira.

Ella negó —Esto es un error... un terrible error, Derek.

Derek frunció las cejas y sus labios se crisparon en una mueca confundida.

—¿Y si es un error? —ella volvió a hablar —. Soy una terrible persona...

—No lo eres.

—Dormí con Steve hace tres semanas... —ella admitió con el rostro encendido y los ojos brillantes debido a que retenía las lágrimas —. ¿Sigues creyendo que no lo soy?

—Creo que eres humana y todos cometemos errores.

—Necesitaba saber que era lo correcto.

—Necesitabas darle un cierre a su historia.

—Engañe a Will.

—¿Sigues amándolo? A Steve.

Y el silencio inundó la habitación. Taylor se puso frente al tocador y se quedó ahí, mirándose fijamente en el espejo. Su cabello estaba trenzado de forma francesa, con algunos mechones enrulados saliendo perfectamente peinados. Una peineta de plata con pequeños trozos lapislázuli incrustados. Su maquillaje era perfecto, se veía hermosa, aún incluso con los ojos llenos de culpa y una bata de satén color rosa cubriendo su cuerpo. Detrás de ella se colocó Derek y la abrazo por los hombros.

—Haremos lo que gustes —susurró él —. ¿Quieres huir? Yo conduzco. ¿Quieres escapar con Steve y Charlie? Yo les consigo el lugar donde quedarse y los ayudo a fugarse. ¿Quieres que te grite por lo que hiciste? Lo haré. ¿Quieres que patee tu trasero para que dejes de sentir pánico? Da la vuelta, comenzaré a patear. Solo dime lo que necesitas y lo haré.

—¿Lo que sea?

—Lo que sea.

Taylor hizo una mueca y se cuadró de hombros. Ella era una Stark; no podía huir, no estaba en su naturaleza. Tal vez los amaba a ambos, pero, ¿a quién amaba más? Ella lo sabía y la respuesta era dolorosa y cruel.






























—En la vida hay momentos en que las cosas no salen como uno las planea o las desea —Tony dijo, ignorando el nudo que tenía en la garganta. Taylor estaba sentada a su lado temblando —, pero hay algo que te hace darte cuenta, que sin importar nada, siempre valdrá la pena seguir luchando y cambiar de rumbo la historia, para poder llegar a tu meta final.

Taylor recargó la cabeza en el hombro de Tony.

—Ahora, mi hermoso bebé, ponte de pie. Colócate ese hermoso vestido blanco y luce como la reina que eres... mi reina, mi hija hermosa.

Taylor lucho con las lágrimas que amenazaban con salir y asintió. Tener a su papá ahí era reconfortante, ella podía enfrentarse a lo que fuera porque sabía que siempre, sin importar nada, Tony estaría a su lado sin juzgarla.

—Bien, es hora. Puedo hacerlo ahora.

—Y recuerda cariño, el tiempo siempre se encarga de acomodar las cosas como realmente deben ser. —y dicho eso, Tony salió de la habitación dándole privacidad a Derek y Taylor, para que terminaran y así poder dar comienzo a la ceremonia.

Se detuvo en el pasillo y sacó su celular, marcando aquel número que en verdad no quería pero necesitaba hacerlo. La voz ronca de Rogers lo obligó a hacer una mueca, Tony suspiró y rodó los ojos.

—Ya déjala ser feliz, por favor. Tú ya tuviste tu oportunidad y no la aprovechaste; ahora es el turno de Will.

Y colgó sin esperar respuesta, entonces volvió al lugar donde se llevaría acabo la ceremonia y le sonrió a Will, que parecía estar muy nervioso mientras leía lo que parecían ser los votos.




















—Estamos aquí reunidos para celebrar el amor, la felicidad, la lealtad y un poco de magia para unir a dos seres humanos excepcionales. Repitan después de mí...

Yo, William Alexander Peirce, te tomo a ti; Taylor Maria Stark, como mi esposa....

para bien y para mal, en la salud y en la enfermedad. Yo te elijo, como la persona con quien pasare mi vida...

—Las argollas...

Ambos pusieron los anillos en los respectivos dedos anulares de su pareja.

—Por el poder que me concede el estado de Nueva York, yo los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia.

Will sonrió con nerviosismo justo antes de tomar el rostro de Taylor entre sus manos y unir sus labios en un profundo beso lleno de sentimientos que sellaba aquella promesa que acababan de hacer con todos como testigos, eso era algo más intimo. Y en ese momento, Taylor tuvo su respuesta, claro que aún amaba a Steve y lo consideraba el amor de su vida pero Will, él era su alma gemela, con quien quería envejecer. Con quien quería tener hijos y viajar, tener proyectos juntos y ser perfectamente imperfectos juntos.

El baile padre e hija fue algo que definitivamente hizo llorar a ambos Stark, ella se refugio en los brazos de Tony como cuando era pequeña y por última vez, se permitió ser la bebé de papá, amándolo más y más. Llorando por la felicidad y dicha que sentía en ese momento.

—Estoy orgulloso de ti, condón roto.

Taylor rió un poco.

—Gracias por haber ido a aquel lugar hace veintidós años.

—Gracias a ti, por ser el espermatozoide ganador.

—Eso es asqueroso Anthony.

Ella hizo una mueca antes de girar una última vez y volver a los brazos de su ahora esposo. Tal vez había cometido un error semanas atrás pero esa boda, definitivamente no lo era.




Soy mala escribiendo bodas. Bai. 🤡🤡🤡

𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora