𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔

25. No te vayas

Agosto 2010

La euforia y excitación dominaban en el auditorio del MIT, la graduación estaba llegando a su fin, o al menos en aquel lugar. Se habían nombrado s todos y cada uno de los alumnos graduados, cada uno había presentado su proyecto final. Taylor se había graduado con honores, como era de esperarse, Tony no podía con el orgullo que sentía, su única hija, se había graduado de la misma escuela que él y un año antes. Taylor era el mejor invento que había creado y ni siquiera la había planeado, sin embargo, estaba seguro que por nada en el mundo, cambiaria aquellos 12 años de felicidad absoluta junto a su condón roto de cabello castaño y ojos hermosamente azules.

Tony estaba ansioso por ver a Taylor comerse al mundo entero, estaba seguro que su hija lo haría, giró su rostro breves momentos y entonces la vio, se tensó en su lugar. ¿Que hacia ahí? Sin duda seguía igual de hermosa que en aquel entonces, solo que más madura, sus hermosos ojos azules resaltaban por sobre su gran cabellera larga y negra, su piel tan blanca, era ella, parecía estar buscando a alguien, Tony sabía a quien, pareció encontrar a la persona ya que sonrió y comenzó a saludar al tiempo que unas lágrimas caían.

Taylor estaba recogiendo sus respectivos documentos y reconocimientos, en un estuche rectangular negro y ligeramente pequeño, se encontraba su censor, se giró una vez que lo tuvo todo y vio a su papá con la mirada puesta en otro lado, siguió la dirección de esta y se encontró con que ahí no había nadie, tal vez su papá estaba enloqueciendo o algo así. Bajo del escenario, tomó su maleta y camino hasta donde se encontraban sus familiares, el primero en recibirla fue su tío Rhodey, que la hizo girar en el aire al tiempo que le decía cuan orgulloso estaba de ella. Tony interrumpió su momento recordando quien era el padre y quien debía sentirse orgulloso, tomo las mejillas de Taylor y las apretujó lo suficiente para dejarlas completamente rojas. La joven Stark estaba ansiosa por volver a Malibu, se moría de ganas por ver a Howard y volver a pasar todo el tiempo con ella, también quería arreglar aquel asunto pendiente que dejó después de su cumpleaños dieciséis.

Malibu.

—¿Así que...? —Charlie miró a Taylor con una ceja alzada, la castaña rodó los ojos y le dio un ligero empujón para que comenzara a andar, Charlie se sujetó fuertemente del cristal que servía como barandal.

—Deja de ser tan chillón, solo debes patinar sobre hielo. No estoy pidiéndote algo fuera de este mundo. —Taylor entró a la pista y comenzó a moverse como si de caminar se tratase, era como si el hielo y ella, hubiesen pactado algo.

—No soy chillón, jamás había hecho esto. Se supone que vivimos en un lugar donde nunca llueve o cae nieve. Esto no debería estar aquí. —Charlie se negaba a soltarse de su soporte.

—Es por eso que la pusieron en el centro comercial, Charlie, mira a esas niñas —señaló a dos pequeñas de cabelleras rubias y piel bronceada, patinar sin miedo alguno. —, ¿dejarás que te ganen unas niñas?

—Si, dales un premio o lo que sea pero ya vámonos de aquí.

Taylor comenzó a reír —No puedo creerlo, mi novio es un llorón — , se acercó hasta él, entrelazó sus manos y besó ligeramente sus labios. —. Vamos, yo te agarro.

—¿No me vas a soltar?

—Jamás lo haré, Char.

—Confió en ti, Stark.

—No te arrepentirás, Cluster. —Taylor sonrió satisfecha al ver cómo poco a poco Charlie comenzaba a patinar, claro que era como ver a Bambi intentando caminar por primera vez pero hacía el intento, hacía dos semanas de la graduación y de aquella charla en la que decidieron dar ese gran paso, sabían que no querían ser amigos y que ya no podían, ambos comenzaron a salir por toda una semana entera antes de hacerse novios oficialmente, claro que aquello no les agradó en lo absoluto a Pepper y Tony, alegaban que Taylor aún era un bebé y no debía tener novio.