22. Massachusetts

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Julio 2009

—Hola —Taylor miró a la recepcionista que estaba muy concentrada en su trabajo, la mujer de cabello rubio y ojos verdes le preste atención, abrió sus ojos con sorpresa al reconocerla.

—Señorita Stark —se levantó rápidamente de su asiento —, la esperábamos hasta dentro de unos días.

—Los planes cambiaron. ¿Hay algún problema con eso? —Taylor mantenía escondida a Howard en su bolso, esperaba que la mascota no comenzara a ladrar o estaría envuelta en muchos problemas.

—Por supuesto que no —la mujer era demasiado amable para el gusto de Taylor. —. Solo tenemos un pequeño inconveniente, su padre solicito que le diéramos su antigua habitación, no se volvió a usar después de que el señor Stark se graduó, aún no está lista.

—Puedo quedarme en otra. —Taylor no le veía el problema a eso.

—Haré una serie llamadas —la mujer volvió a tomar asiento. —, en una serie horas estará disponible su habitación, todo esta como lo dejo su padre. Solo limpiarán y cambiarán el colchón, y sábanas. Cosas sin importancia.

Taylor simplemente asintió, sabía muy bien porque el donador de esperma había pedido que limpiaran minuciosamente la alcoba. Hizo una mueca de asco por solo pensarlo y entregó los papeles que Happy le había dado.







Malibu, residencia Stark.

—NO PUEDO CREER QUE LO HICIERA. —Tony llevaba más de treinta minutos gritando y diciendo palabrotas, Derek, Pepper y Rhodey, intentaban controlarlo pero era imposible, estaba furioso.

—Creo que debes calmarte. —Rhodes se puso de pie con su celular en mano, marcó el número de su sobrina y lo mando directamente al buzón.

—No seas ingenuo, no va a responderte porque es una niñita mimada que piensa que se saldrá con la suya, teniendo el teléfono apagado. —Tony se había molestado más, llevaba horas intentando comunicarse con Taylor y nada, ni siquiera había podido hacer contacto con Eliza.

—Creo que necesita tiempo —Derek se hacía escuchar, no estaba seguro de que fuera un buen momento pero debía intentarlo. —, le han pasado muchas cosas, Taylor se guarda todo para si, hasta que llega a un punto en el que todo colisiona y explota terriblemente.

—¿Qué le ha pasado? —Rhodey tenía el ceño fruncido en señal de confusión, Taylor lo tenía todo, siempre la habían cuidado y protegido.

—Bueno —Derek vaciló —, estuvo a punto de perder a su padre en menos de dos años, secuestraron a su mejor amiga y siguen sin encontrarla, escucho a su padre decir prácticamente que era un error. Tiene quince años y el mundo ya espera grandes cosas de ella. Todos están ansiosos por saber si es una Stark digna.

Ninguno de los adultos dijo nada, claro que aquellas palabras los habían hecho reflexionar pero no habían sido suficientes para que el enojo y la culpa, abandonaran el cuerpo de Tony. Entendía lo de aquella presión, el también la había tenido en su momento, sin embargo, eso no le daba a Taylor la autoridad para comportarse de aquella manera.

Había cometido errores como padre, siempre la complacía en todo, sus caprichos más insensatos los cumplía, había metido a infinidad de mujeres a su casa y las había desfilado frente a su hija mientras esta crecía, no era perfecto, pero siempre se había dedicado a ser lo mejor para Taylor, había hecho crecer mucho más, la empresa que algún día su primogénita heredaría para asegurarse que estaría bien y a salvo, cuando él faltará. Nadie podía negar que Taylor se volvió su prioridad en cuanto llegó a su vida, así que por eso veía muy injusto que ella lo atacara de tal forma.







𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐓𝐎𝐍𝐘 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐊 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora