CANTO XIII| LA ACTRIZ Y EL MAGNATE.

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Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.

Añoraba una relación sin Orgullo y Prejuicio, no obstante, me sacó de quicio tu envidia, todavía recuerdo tu perfidia, ese día que dijiste que querías ser actriz, entonces de pronto hiciste una audición en Paris, sintiendo emoción, mientras yo era infeliz sumergido en la depresión.

Tú te veías feliz tomándote fotografías en la torre Eiffel, abruptamente te enamoraste de él, aún no puedo creer que me hayas sido infiel, él acariciando tu piel y yo extrañando tus ojos miel, ya no tengo quién me escriba, de tu barco ya no soy el coronel. Mientras yo sufría tu eras feliz con tu principal azul y su corcel, tanto que se tomaron fotografías abrazados en un carrusel, su deseo era más grande que la Torre de Babel, te llevó a Roma a comprarte Chanel, después en tu cuello respiró tu aroma y así hicieron el amor en un lujoso hotel.

No puedo creer que hayas cambiado mi amor por un simple papel, ahora estarán con la reina Isabel, compartiendo galletas en la hora del té y yo solo escribiendo, bebiendo y bebiendo un amargo café, viendo como nuestro amor se fue.

Ahora solamente escuchas música clásica y te sientes menos básica; yo recitándote poesía neoclásica.

Todavía me duele recordar el día que te llevó a Italia para probar la mejor lasaña acompañada de la mejor botella de champaña, tomaron fotografías haciendo el amor en una elegante cabaña, el dinero todo lo daña, él no te ama y a mi no me engaña. Fue todo una patraña, nuestra relación está tan abandonada que está adornada con telaraña, la tristeza me acompaña desde que te fuiste e hiciste esa artimaña.

Te enamoraste de ese empresario o quizás fue de su salario o de su sofisticado vocabulario, preferiste el Penn House y abandonaste nuestro humilde vecindario. En Carolina del Norte, ahora resides en una colina de millonarios, pues tienes mansión con piscina, los fines de semana juegas al tenis con las francesas de tus vecinas, cambiaste las vacaciones de Argentina, por Dubai, Corea y China.

También cambiaste las recetas que veíamos en internet, por el lujoso restaurante de Nusret, estuvieron de vacaciones en Turquía, te susurró al oído que te quería mientras en el jardín bailaban vale, creíste en su jerarquía y ahora resides en Francia desayunando omelet, ahora te sientes sofisticada y Gourmet.

No puedo creer que hayas caído en su red, pero lo dejo a vuestra merced, ya que yo estoy entre la espada y la pared, y de tus labios ya no tengo sed.

Cambiaste el inglés por el francés, espero que seas feliz con ese chico francés y burgués, con rasgos de portugués, tomando vino y comiendo filete de pez, y lo peor de todo esto fue que se enamoraron en menos de un mes, lo más triste es que tan sólo eres un peón y crees que ahora eres la reina de su tablero de ajedrez.

Pero les deseo lo mejor haciendo un brindis con mi botella de licor, mi felicidad se transformó en dolor, tu recuerdo me destruye y así concluye está triste historia de amor, con un doloroso recuerdo que con los copos de nieve se reconstruye, tarde o temprano el amor por otro te sustituye, así que de él huye.

Con mi mente me encuentro haciendo un debate, si merezco a mi actriz o merece ser feliz con ese magnate, no hay empate, yo tengo poesía, él tiene mansiones y yates, era un romántico empedernido y creía que el amor valía más que una joya de un quilate, no obstante, vale más un diamante y ahora mi corazón ya no late.

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