CANTO XVIII| DIALOGANDO CON LA LUNA.

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Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.

Viajemos en el tiempo trescientos años antes de Cristo, soy el filósofo Aristo, a mi templo asisto, voy tras la sabiduría, con eso persisto, en esa materia insisto, a mi pensamiento lúgubre no desisto, la ignorancia no resisto, no me creo, sé que soy listo, por eso sé que no soy nadie, ni siquiera sé, si en realidad existo.

Me dijo la luna: «Algunos me ven mientras cometen atrocidades, mientras los artistas aprovechan sus habilidades, pero no todos leen porque la mayoría vive en la ignorancia y sólo hablan banalidades, otros se quejan de sus discapacidades, no soy más que un simple escape para evitar aceptar sus realidades, buenas o malas todos tienen cualidades, pero no se sientan prodigios, han existido diversas humanidades, todas han sido destruidas a causa de sus maldades, todos lucen perfectos por fuera y por dentro están llenos de deformidades, tienen de ejemplo a Hades».

Los humanos solo tratan de dejar huellas, pero no han podido palpar la luna y las estrellas, conversando con la luna me dijo: ¿Por qué llamarla muerte, si existe vida después de ella? Cuanta verdad, somos ignorantes en realidad, sumergida en la ignorancia se encuentra la humanidad, hasta ahora lo veo con claridad.

No hay egocentrismo, soy Aristeo, tener confianza en ti mismo no es ser ateo, no quiero caer en al abismo de la ignorancia, por eso escribo y leo, soy taciturno no es autismo, cada día vivido inteligentemente es un trofeo. Estoy cansado del infierno, en el paraíso quiero dar un sempiterno paseo, ¿existe vida después de la muerte? No lo sé, pero a veces lo creo.

Es un tanto estúpido llamarle muerte si existe vida después, ¿la renombramos? ¿cómo la llamamos? ¿Transición? Sí, sería una buena opción. En la noche vi a la diosa Selene contemplando a Endimión.

No todos se detienen a observar y conversar con el cielo, algunos simplemente en la luna buscamos consuelo, brillante, despampanante es su velo, palpar a la diosa luna algún día anhelo.

El sol iluminándome con sus rayos ultravioleta, la luna iluminando mi silueta, dejo todo agravio, ser el más sabio es mi meta, ver desde otra perspectiva el planeta, frases reflexivas en mi libreta, aunque a veces suelen ser depresivas y vengativas mis letras, masas exclusivas son las almas de los poetas.

Quedo inerte, al saber que en cualquier segundo podría perderte, la vida es intimidante, cada segundo te enfrentas a la muerte.

La raza humana fue creada en vana, es un juego de ajedrez de Dios y el Diablo y ninguno de nosotros gana, ¿desde cuando en la ignorancia nos perdimos? Somos simples peones, ellos deciden si vivimos o morimos, sólo existimos porque somos quienes los divertimos.

Vivimos, morimos, pero no sabemos con certeza si existimos, si somos reales, son simples espejismos virtuales, nosotros mismos nos cuestionamos si somos mortales, hay vida después de la muerte somos inmortales.

Pensamientos noctámbulos, ¿vives despierto o vives durmiendo? Mediten en esto y no sean sonámbulos, no te estoy mintiendo, sin  más preámbulos, culminó diciendo:

«A todo lo que no veas presta atención, con los espíritus tienes que tener vinculación, con la luna un lazo de conexión, todos tienen un lado oscuro y yo no soy la excepción, conversa con la luna, no importa tu religión, llega la noche, en la penumbra has una breve oración, me alegra haber sido tu fuente de inspiración, para escribir esta enigmática canción».

Nictofilia, a veces mi cuerpo el sueño no concilia, no duermo, toca mirar la luna, y hacer vigilia, visito Palermo la capital de Sicilia, estoy enfermo tengo un síndrome de Selenofilia.

Por las noches salgo de la troposfera, paso la estratosfera, hasta llegar a la exosfera, mi alma divagando en toda la atmósfera.

En el hospital psiquiátrico, sentado en la sala de espera, el psiquiatra me dice: «Espera tu turno, paciente taciturno, no converses con la luna, ella no es más que una esfera, no es una deidad ni un espíritu nocturno».

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