CANTO XXIV| EL PACIENTE Y EL PSICÓLOGO.

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Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría, sólo es para leerla, está prohibido cantarla, plagiarla o grabarla. Gracias.

—Bienvenido nuevamente, dime, ¿has comido y dormido, últimamente?

—No, he mentido, sinceramente.

—¿Cómo te has sentido, actualmente?

—Con la vida resentido, amargamente.

—¿Vivir no te parece divertido, ni siquiera esporádicamente?

—Vivir me parece aburrido e innecesariamente, al igual que estas cesiones terapéuticas, especialmente su contenido de que me cure milagrosamente.

—Hablas arbitrariamente, nada de lo que digo te ha nutrido, sencillamente.

—Efectivamente, en las últimas semanas no me ha dicho nada diferente.

—¿Aún te avergüenza hablar con la gente?

—Si estoy aquí es porque necesito un cambio urgente.

—Eso cambiará, seguramente.

—No lo creo, siento que a usted no le interesa nada de lo compartido, y con otros especialistas lo he visto anteriormente. 

—Nuestros métodos han sido comprobados científicamente.

—Pero que funcionen no ha sido comprobado realmente.

—Quizás otros psicólogos lo hayan hecho mal, pero créeme que no ha sido intencionalmente.

—No se confunda, usted ni siquiera sabe cómo me siento emocionalmente, así que de sus colegas no hable tan descaradamente.

—Estoy al pendiente de que todavía quieres suicidarte... por no sentirte suficiente.

—Diariamente, y terminaré haciéndolo probablemente.

—No recorras al suicidio, sabes que la muerte es permanente.

—¿Acaso viviré eternamente?

—Precisamente por eso, disfruta de la vida, olvida tu pasado y mejora tu presente.

—Deme una respuesta menos incoherente.

—Olvidemos esa pregunta y pasemos a la siguiente.

—¿De mis crisis está pendiente?

—Sé que estás muy mal, he revisado tu expediente.

—¿Ese es el recurso que usa para llegar a su paciente?

—Naturalmente, tengo que leerlos para conocerlos perfectamente.

—El termino correcto seria... adecuadamente, evidentemente lo desconoce, así como a sus pacientes no nos conoce, por eso no le veo sentido a esta consulta tan corriente.

—De un profesional de la salud mental deja de hablar tan despectivamente.

—Dudo que usted pueda entender mi cerebro, hablando psicológicamente.

—Eres demasiado egocéntrico, y exigente.

—Con mi salud mental considero ser prudente.

—¿Dudas de mi fuente?

—Completamente.

—Estás mal mentalmente y aún así te crees más inteligente.

—No subestime el coeficiente de su paciente.

—Empieza por cambiar la negatividad de tu mentalidad, principalmente.

—¿Eso significa que es mi culpa padecer desórdenes mentales y no poder controlar mi mente?

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