CANTO XVI| GALIMATÍCO.

21 0 0
                                    

Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.

Era de madrugada, vestía un traje vetusto, estaba parado detrás del atávico arbusto...

—Buenas noches, Poeta Lúgubre, es un gusto, tenemos algo en común, mi nombre es Galimatías, ¿te asusto? —preguntó sin barahúnda con una voz profunda.

—Es un placer, a la perfección lo que dices puede entender y no me aterras, con las cosas que he visto ya no puedo asustarme, quizás sólo podría impresionarme. —respondí en cuanto de cerca lo ví.

—¿En el mundo filosófico quieres adentrarte? Te enseñaré para que puedas plasmarlo en tu arte, pero de lo banal tendrás que alejarte, no volverás hacer el de antes y mucho menos podrás retractarte. —respondió y sonrió.

—Acepto, seré un adepto, solamente si mi alma no se no entromete y no se compromete. —comenté aunque en el momento me lamenté.

—Estos no son rituales, solo son pactos espirituales, ambos son individuales, este sólo consiste en meditar y hacer viajes astrales. —aclaró diciendo sonriendo.

—Si no implica ningún rito, entonces seré tu neófito. —respondí y en la conversación me perdí.

—Entra en el bosque y sigue el camino, llega al templo y encontrarás a un monje que te hará firmar un pergamino, al culminar la ceremonia te dará a beber una copa de vino, oscuro quizás te lo defino, de lo que sé te ilumino. —informó detenidamente y fúnebremente.

Recuerdo que también me dio un acertijo, me dijo.

—Si terminas de meditar y conversar con tu guía espiritual vuelve del viaje astral, no te quedes dentro, sal del templo o quedarás atrapado en ese interminable epicentro.

Se rió estrepitosamente y así sucedió todo esa madrugada nublada, cambió mi pensamiento, mi lenguaje y mi mirada.

No te relato todo lo que en ese mundo veo porque no me está permitido, por las noches leo tu rostro desleído, incomprendido, abatido, en esta religión muerta he creído, ¿que te has creído? No me veas a los ojos o terminas poseído.

Poemas galimaticos de mis pensamientos enigmáticos, me dicen explícalos, solo divídelos y multiplícalos, son matemáticos, agujeros negros en mis inertes versos paradigmáticos.

Mirada taciturna, con el mamotreto negro de conocimiento te embadurnas, hago las paces con aves rapaces nocturnas.

Le rezo a la luna del tributo, cuando se apaguen mis velas, quiero que mi espíritu salga impoluto en una catarsis, en absoluto no me siento superior, simplemente mi Poeta Lúgubre interior, se alberga en lo profundo de mi ser y necesita salir al exterior.

La sombra a la claridad no siempre se acostumbra, puede desaparecer y aparecer en la penumbra, así vertiginosamente es como la noche te asombra, lo que veas por las noches en el día no se nombra.

Galimatías, galimatías, galimatías...


Poeta Lúgubre.

EL ARTE DE LAS MUSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora