Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.Desconcertado y abatido, segui con mi lúgubre recorrido, parecía un mágico mundo de adas, en el cual era recibido. Estaba tan dañado que las espinas incrustadas en mi corazón, no había sentido. Todo era fantasía, me sentía en el libro de, Un monstruo viene a verme, o como si estuviese dentro de un mundo utópico de Julio Verne.
Seguí avanzando, cuando sentí que mi cuerpo se fue desmoronando, mi alma estaba flotando, o solo estaba dormido y estaba levitando, tiempo después estaba escuchando y viendo conversando a poetas grandes, como Dante, Shakespeare, Miguel de Cervantes, me sentía diminuto en un mundo de gigantes, todas las pláticas eran profundas y atrapantes, eran concretas e interesantes, me deslumbraba ver el cómo utilizaban su cerebro, también me encontré con el tétrico poeta Claudio De Alas, el cual recitaba su Poema Negro.
También Octavio Paz, que escribía sin cesar, al ritmo de su compás, también Ennio, que para recitar poemas era un genio, parecía que estaba en el Paraíso de los Escritores, tenía esa duda, hundía mis pensamientos, con frases agudas, no podía ni hablar, mi boca estaba muda, al ver a tantos poetas reunidos, incluyendo a Luis Cernuda, tanta belleza me cega, y mi testaruda mente no se apega, vi a Lope de Vega conversar con César Vallejo o quizás dándole algún consejo.
Su pasión de lejos, se percibe. Luis de Góngora me dijo: «Escribe, sin importar la hora, sea de día, sea de noche o madrugada, tienes que plasmar todos tus pensamientos incluyendo los sueños de tu almohada, y prohibirse a leer un genero, es como caer en el abismo de la nada».
Asentí, le agradecí y seguí caminado, sin percatarme del horario. Vi a Ana Frank, continuando con su diario, para darle un final digno, y lo que veía parecía utópico e imaginario, escuchar su voz era un himno y la sonrisa que transmitía resultaba algo extraordinario, era el signo de su madurez, pero no se comparaba a su extenso y perfecto vocabulario, iba seguir con mi inventario, pero.
El viejo Bukowski se acercó con su cerveza, me dijo: «Calma a penas empiezas, no pierdas la cabeza, la fama es banal, es una porquería, lo más importante es sentir esa conexión espiritual, sin necesidad de un maldito ritual, crea tus propios mundos, abre el portal, del escritor, donde expresas tu amor y tu dolor, donde no te importa que nadie te lea, porque solo quieres liberar lo que sientes, sabiendo que eres honesto y que a nadie le mientes, se miserable, pero no vendas tu alma, porque después te arrepientes».
Y estoy seguro que no lo dijo por él, porque Bukowski fue despreciado y poco valorado, hizo lo que quiso y dejó su legado, las últimas palabras fueron "Escribir y no leer es el peor pecado", y así concluyó mi visita en el Paraíso de los Escritores, en donde máquinas de escribir adornaban el jardín como si fuesen inmaculados pétalos de flores.
Y cuando desperté imaginé o soñé que con Emily Dickinson conversaba y que el poema que redactaba Emily Brontë al oído me lo dictaba y pacientemente me lo recitaba, y en este viaje o sueño descubrí, que eres escritor, cuando sientes ese fuego quemándote por dentro como ardiente lava.
ESTÁS LEYENDO
EL ARTE DE LAS MUSAS
PoetryLibro musical tripartito con cantos en verso al estilo de la Divina Comedia, inspirado por tres musas, una amatoria, una filosófica y una lúgubre. Es decir, que encontrarán canciones de amor, filosofía y oscuridad, algunas de una voluminosa extensió...