EL ARTE DE LAS MUSAS

CANTO XXV| DON JUAN TENORIO.

Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.

Don Juan es un vil caballero hacedor de apuestas
que por su ingenioso ingenio va dejando a personas molestas.

Presume de inconmensurables listas
donde yacen los nombres de sus muertos y de sus conquistas.

También posee el mismo talante Don Luis,
sin embargo, Don Juan le gana en talento al pobre infeliz
que hace una última apuesta para conquistar a su emperatriz.

Apuestan por Doña Ana de Pantoja
y el perdedor escribirá su destino con sangre roja en la hoja,
Don Juan es un truhán
y hace trampa porque ganar se le antoja,
así que a Don Luis de Doña Ana lo despoja.

También conquista a una monja
del convento
exprimiendo su corazón como esponja
en una hoja en la cual le escribe contento.

Con versos conquista a Doña Inés,
con sus palabras engancha su corazón con arnés,
y se postra a sus pies,
aunque Don Gonzalo
grite: ¡pardiez!
¡Hombre malo!

Don Juan le da un pistoletazo
y luego un espadazo
y de Don Gonzalo y Don Luis Mejía
no deja ni un pedazo,
teniendo que huir de la ciudad ese mismo día. 

Regresa después de unos largos años
para recapacitar y a la población no causar más daños.

Se entera de que Doña Inés murió de tristeza
y él la amaba con certeza,
que de su espíritu vuelve a ver nuevamente la corteza.

Don Juan en una reyerta es asesinado por Avellaneda
y tendido en el suelo queda
de una estocada
sin poder hacer ya nada.

Don Gonzalo quiere llevar su alma al infierno
pero su hija interviene y hace de los pecados del vil hombre algo tierno.

Gracias a Doña Inés Don Juan Tenorio
es salvado y llevado al paraíso en lugar de ir al infierno o al purgatorio,
aunque a Dante eso le parecería imposible e irrisorio
y quizás hasta contradictorio,
pero el amor en la obra es más que notorio,
y por lo tanto triunfa el sentimiento amatorio.

Don Juan y Doña Inés se van a la eternidad de cielo en la diafanidad del alba,
aunque ha de saberse que no siempre el amor nos salva. 

Aunque en la obra se haga alusión al romance,
dejando atrás todo percance,
y salvando al protagonista en un trance,
el romanticismo hace que su alma al paraíso avance.

Empero, no deja de ser una extraordinaria obra de Zorrilla,
se lee rápido, aunque no sea sencilla,
la poesía y la rima en la obra teatral brilla.

Está toda escrita en verso y poetizada,
la mirada del lector queda petrificada,
después de leer su obra dos veces esta canción al ingenioso dramaturgo español le está dedicada,
y a mí lector le está recomendada.