EL ARTE DE LAS MUSAS

CANTO XX| GRAVECRAFTNIANO.

Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.

Con mi presencia la atmósfera se oscurece, la literatura mi léxico enriquece, dejar la música en manos de personas que no leen me entristece, poco a poco se puede ver como la genialidad perece y la mediocridad se enaltece, todo es efímero, todo prevalece, a la gente no le gusta el cambio pero yo hago lo que me apetece, lo que me parece, ustedes sigan escuchando y leyendo lo que entorpece. Hay demasiada maldad, pero el mundo nunca va a cambiar, aunque aceptarlo me pese. El odio en la luz se fortalece y el amor en la oscuridad desaparece.

Soy peligroso cuando estoy inspirado, cuando tengo a mi musa a mi lado, ya no como ni duermo, la sapiencia me deja estafermo, la ignorancia enfermo. Mi idioma no es el ruso, aún así con mi axioma te dejo patidifuso, tu cerebro confuso por el léxico que uso.

Soy folclórico, como Pickman pictórico, como Pitágoras pitagórico, homo sapiens teórico, austrolopithecus eufórico, infierno nevoso, paraíso calórico, corazón armónico, espíritu sinfónico, cerebro electrónico, arte arquitectónico, pasado crónico, futuro atónico, presente atómico, pensamientos filosóficos y oscuros, nada cómico.

Poseo lugubridad y taciturnidad, pasé de luz a oscuridad, oscura se torna mi realidad, la lobreguez mi mejor cualidad. Pertenezco al círculo Lovecraftniano, creé mi propio estilo Gravecraftniano.

Pensamientos aristotélicos, versos mefistofélicos, a veces angélicos, aunque parezcan psicodélicos y bélicos, mis sentimientos son famélicos. Actúan ridículos, yo no tengo ese potencial para escribir en el periódico amarillistas artículos, no me entienden todos sólo mis discípulos, los que comparten mis aforismos y los recitan como versículos. Tentáculos salen de mis ojos y de mis oráculos, en Providence están los tabernáculos con los poderes de Cthulhu atravieso los obstáculos.

No me siguen fanes, me siguen cuervos y alacranes, corazones de talismanes, instrumentos chamanes, pensamientos suicidas como musulmanes, sí somos humanos somos judios y alemanes, filosofía de Jenofanes, lee mis aforismos y recita mis refranes, que son aburridos los libros dicen los patanes, no entienden los conceptos y los ademanes, los libros atraen el conocimiento como imanes, la ignorancia de las personas hace erupción como volcanes.

Como el cuervo de Poe resido en la rivera plutónica, no estamos en el siglo diecisiete, pero en el siglo veintiuno tuvimos una peste bubónica, el COVID para la humanidad resultó ser una enfermedad crónica, aunque para la naturaleza y animales la cuarentena pareció una solución armónica.

Batallo contra estantiguas de civilizaciones antiguas, no me entienden, pero lo hacen si me investigan, mis letras se atestiguan, en tu cerebro deficiente se amortiguan. Te invito a pasar a mi lecho oscuro, y te ofrezco una bebida con cianuro y sodio, te amo aunque te odio.

En la noche no duermo porque escucho voces, me persiguen monstruos con dientes feroces, los homo sapiens son atroces, no entienden mi lenguaje porque los humanos no entienden el idioma de los dioses.

Entres mares de mis lagrimas me ahogo, leyendo o escribiendo me desahogo, sabio cuando respondo e interrogo, con mis pesadillas dialogo, monólogo misántropo y solitario, es el prólogo rutinario, de este poeta estrafalario.

Yo leo a Junji Ito, tú a Murakami, nos transportamos a Japón, mueres de un ataque al corazón, tengo la libreta de la muerte, soy Light Yagami, camino acompañado por un demonio Shinigami.

Escritos ominosos, dicen que filósofo tan poco prestigioso, porque escribo oscuridad dicen qué raro que un sabio no pueda encontrar la felicidad. Escribiendo encontré felicidad de verdad, pero tu percepción de feliz no es mi realidad.

La gente se ha ido, sienten temor a este lúgubre escritor poseído, ya no escribe nada conmovedor, dejó a un lado el amor. Monstruosidades escribo o pinto, me dicen me das miedo, te noto distinto, cambió mi mente y mi instinto, quedé atrapado en un oscuro laberinto.

Palabras anacrónicas, crónicas narnianas, invoco a deidades Lovecraftnianas, monstruosidades marcianas, estas simplemente fueron mis letras Gravecraftnianas.

Poeta Lúgubre.