CANTO XI| EL EXCÁLIBUR.

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Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría, sólo es para leerla, está prohibido cantarla, plagiarla o grabarla. Gracias.

En la filosofía no existe el albur, con el universo estarás en conexión si lees el Excálibur, por leerlo en el psiquiátrico estoy dando un breve tour, en mi habitación me siento el rey Arthur o el capitán Ahab navegando por el norte y sur.

Decían que leerlo era una puerta al manicomio, pero no me importó, el conocimiento quería poseerlo, y absorberlo, y en mi alma contenerlo, pero es demasiado conocimiento para las mentes humanas, por eso es un libro prohibido para las personas, pero de tenerlo me ganaban las ganas, no importó si mis neuronas se volvían más livianas.

En cada página había conocimiento oculto, me convertí en el Poeta Lúgubre pero sin pertenecer a ningún culto, y con la extraña forma de pensar a temprana edad me consideré un adulto, la locura a veces en mi mente detona y a veces solamente en el cementerio de los recuerdos la sepulto.

Todo comenzó cuando un viejo vendedor de libros a mi puerta tocó, como si de alguien estuviese huyendo, no fue molesto para mi, ya que precisamente me encontraba leyendo, al abrir me encontré con un tipo que vestía de traje elegante en una pequeña extremidad tenía un mensaje que decía "La sabiduría es el arma más poderosa para este mundo negro de ignorancia e hipocresía."

Me pareció interesante y dijo que me entregaría unos libros filosóficos para que los leyera, sin importar que en temas como esos no creyera, para que mi ignorancia finalmente de mi cuerpo huyera, aunque posiblemente mi cordura perdiera.

Me llamó la atención todo lo que me dijo a continuación, me veía a los ojos sin ninguna intimidación, su mirada era tan profunda que parecía que estuviera en otra locación, su acento parecía ser de otra nación, conversando con él perdí la noción, en su portafolio sólo contenía libros de sabiduría, aún lo recuerdo me dijo que si leía el Excalibur al culminar dejaría de ser cuerdo, que era una puerta al manicomio, que ya no dormiría que me dejaría con insomnio.

Me causó intriga así que estaba dispuesto a comprarlo, pero dijo que era totalmente gratuito y en su mano izquierda llevaba un pequeño librito negro, con la palabra, convallis sapientiae, que parecía más bien un manuscrito, agradecí y dijo no tengas temor de alcanzar la sabiduría porque entre la cordura y la locura es un equilibrio, su forma de hablar era tan peculiar que era un completo delirio.

Al culminar de leer los libros del extraño, me sentía extraño, todo lo veía extraño, como si en mi cerebro hubiera un daño, veía a las astronautas de la nasa, veía a las personas como simples masas, y veía su alma que en su cuerpo simplemente divagaba, la gente extraña me miraba, y poco a poco más y más deliraba, ondas espaciales escuchaba, y mi alma más se elevaba, con las cosas astrales que detallaba.

Sentía que mi cerebro explotaba, porque el conocimiento cada vez más alcanzaba, de alcanzar la sabiduría se trataba, pero era demasiado conocimiento que mi cuerpo no lo soportaba y se rompió el último hilo de mi cerebro que aún quedaba, y si gustas leerlo léelo tranquilo, pero ten presente que terminarás como yo, en un asilo, donde mis locuras con poesía fusilo, con sabiduría las aniquilo.

A veces escribo algo puro y en ocasiones sólo quiero escribir algo sumamente oscuro, que sientas el miedo en tu mente, siente este conjuro, con mis pensamientos escalofriantes te torturo.

Recuerdo cuando soñé que estaba en un psiquiátrico y luego que visitaba las salas sangrientas de hospitales, mientras observé a un paciente beber su jugo gástrico, ¿ves estos sueños normales? Ten cuidado con mis pensamientos paranormales, la cordura y la locura en tu vida son dos cosas fundamentales, elementales, las reglas la única cosa que nos separa de los animales, enfermos con camisa de fuerzas y bozales, viajes astrales, siderales.

Pacientes desquiciados, al Asylum son enviados. con lobotomias son curados, por el director Crafford son torturados, con grilletes amarrados, a cuartos sombríos trasladados, de sus familias alejados, olvidados, condenados, tratados como basura, porque para ellos no hay cura, vean el mundo enfermo en el que vivimos, que locura, es injusto que te pidan ser cuerdo, estúpida dictadura, sociedad dura, mi sonrisa y mirada con negrura, soy el señor del conocimiento y la escritura.

Escribo sin parar y no soy un robot, la gente no aprecia el contenido, solo busca lo hot, soy un neófito de Solitario y Ozelot, estoy leyendo el tarot, el libro prohibido Excalibur, el libro maldito de Thot, con ambos culminé delirando y visitando a mi psiquiatra Johann Heinroth.

Tengo los fundamentos del pensamiento, los testamentos de mi conocimiento, portales con fragmentos astrales de alumbramiento, miradas paranormales, leyendo los documentos del espíritu y el crecimiento, las historias filosóficas son los vegetales para los tormentos del hambriento.

Leyendo la Dianetica, sabía será mi genética, aunque estoy teniendo una cita terapéutica, te traigo la ciencia moderna de la salud mental, crucé el abismo de mi pensamiento irracional, olvidé lo banal, lo tradicional, conocimiento adicional, sabiduría elemental, en mi viaje astral.

Husmeando con mi mente inquisitiva, a indagar más sobre el universo me motiva, mi alma se activa, mi mente es más productiva, soy el doctor leyendo el psicoanálisis, en tú cerebro diagnostiqué parálisis, perdón por mi lúgubre análisis.

Converso conmigo mismo con un monólogo, por las noches visito a mi psicólogo, soy un sociólogo, estudio los campos de mi mente soy un geólogo, un paleontólogo, una historia sin prólogo.

Es lamentable que casi nadie aprecie mis líricas, la ignorancia es la culpable que pacen desapercibidas mis frases oníricas, proféticas, lúgubres y vampiricas, en mis pesadillas no hay duquesas, solamente vampiresas, alimentándose de la sangre de tus costillas dejando miradas atónitas y llenas de sorpresas, somos enfermos por naturaleza.

Hay pobres que por nadie sienten nobleza y ricos que por un billete pierden la cabeza, en mundo negro como este es difícil encontrar la belleza, sangre espesa y una bala me rodea, al rededor de mi craneo y mi mirada cerúlea, el impacto fue instantáneo.

Esta melodía espacial te enviará a un centro mental, es como el martillo de las brujas de Jakob Sprenger, culminarás con síndrome de Asperger.

Culminarás con síndrome de Asperger.

No todos los locos somos peligrosos, otros simplemente somos portadores alcanzadores de la sabiduría.

Malleus maleficarum.

Anghell Gravecraft.
Poeta Lúgubre.

EL ARTE DE LAS MUSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora