Compositor: Anghell Gravecraft.
Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría; sólo es para leerla, queda estrictamente prohibido plagiarla para cantarla y grabarla. Gracias.«La fama no es sino vano ruido y falsedad e impostura, que las más veces se gana sin mérito y se pierde sin culpa».
Otelo - Shakespeare
Mientras escribo mi libro-disco decapito al monstruo de la fama que no es más que un basilisco, con una mirada y un mordisco te intenta devorar y petrificar para evitar que la humanidad con intelectualidad sienta el rocío del hibisco. Desde que desperté de la ignorancia, con conocimiento mi mente confisco, el solipsista dice que la vida es un sueño, pero no despierto si me pellizco. Nadie ve hacia su interior por temor a quedar bizco, desde que me conozco soy tranquilo, antes arisco, por la secta de Dagon odio el olor a marisco.
En mi alcoba creando música alquímica, las letras intelectuales se encuentran muertas, la estupidez asesinó la buena lírica, no obstante, las canciones más vacías son las más reproducidas, en este mundo reina la barbarie pantomímica, con el gusto de la gente tengo cero química, mi alma quiere vivir aunque mi mente se encuentre anímica, mi vida es teórica, mi creencia empírica, mi escritura es retórica, filosofía cínica, pero desde que leí el «Tao Te Ching» mi alma es taoísta, aunque mi encuadernación sea vampírica.
Las palabras se convierten en emisarios de hombres solitarios, los seres inteligentes conocen «El arte de la guerra» porque están rodeados de adversarios, sin embargo, se desprecia e ignora a los genios porque hoy en día no se juzga por el intelecto sino por quien lleve los vestuarios más estrafalarios, el humano es estúpido y aunque la ofensa no sea en plural ofende a varios: sus cerebros son pocilgas cuando podrían ser acuarios.
Hay más vitalidad en que el despertador no sea tu móvil sino el trino de los canarios, tarde o temprano descubres que todos los amigos que tienes a lo largo de tu vida son imaginarios. Soy un genio aunque algunos crean que escribo libros con arcaicos abecedarios, olvidan que los buenos artistas hasta después de muertos llegan a ser legendarios aunque en vida tengan textos extraordinarios.
Los lectores de los buenos escritores tienen juicios arbitrarios, los seguidores no son necesarios, en realidad, del arte son mercenarios, y hoy en día están extintos los comisarios, los detractores adjudican tantos errores que en el futuro para la obra del artista sus comentarios son completamente innecesarios. Las creaciones artísticas son santuarios, pero como en el relato de Poe, el diablo siempre profana las iglesias y entra a tocar las campanarios.
Desde que trabajo en mi intelecto yo soy quien enumera los calendarios, soy escritor prolífico y tengo llenos varios diarios. Si en algún momento ya no escribo es porque me cansé de escribir para seres ordinarios; no apreciarán la genialidad de mis letras cerebros precarios.
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EL ARTE DE LAS MUSAS
PoetryLibro musical tripartito con cantos en verso al estilo de la Divina Comedia, inspirado por tres musas, una amatoria, una filosófica y una lúgubre. Es decir, que encontrarán canciones de amor, filosofía y oscuridad, algunas de una voluminosa extensió...