Sabía que el día de mi ceremonia estaba cada vez más cerca, tenía muchas almas y el buen desarrollo de mis poderes me daba a entender que había estado subiendo y subiendo de rango.
Quizá Mateo me lo habría podido confirmar, pero él estaba en otro mundo prácticamente. Mantenía todo el tiempo con Lucifer, o simplemente no me lo solía encontrar.
Siendo sincera me ponía nerviosa, mucho luego de lo que sucedió con aquella bruja.
Mateo mantiene sus planes siempre, y siempre trabaja solo.
Parecía odiar a aquella mujer, pero también creí que odiaba a Daniel y terminó haciendo un plan con éste para matarme.
Y no estoy hablando de cual sea la finalidad de su plan, es solo que odio nunca enterarme de lo que hace.
—Hola. —Me saludó el ser infernal.
Estaba justo en el lugar donde me había llevado Mateo la última vez en el palacio para que me curaran.
—¿Qué es esto? —Agarré aquella piedra blanca con la que Mateo me sanó la última vez.
—La piedra blanca está hecha de aliento de ángeles. —Dijo él.
Asentí, lo sabía. A mi mente vino el recuerdo de hace un par de días donde al Valentín soplar la palma de mi mano, ésta se curó.
—¿Y para qué sirve? —Pregunté.
—Para heridas provocados por seres benignos o.. objetos benignos. —Dijo él.
—¿Objetos benignos? —Cuestioné. —¿Un anillo podría ser?
—No un anillo, tendría que estar conjurado con magia benigna o bañado en un conjuro de tierra santa. —Dijo él.
Asentí con la cabeza.
Me dí la vuelta y comencé a caminar de regreso a mi habitación, sin embargo me detuve en la cafetería. Luego de mucho tiempo veía el rostro de Mateo, estaba junto con Daniel.
—Hola, idiotas. —Dije cuando me acerqué.
Alcé una ceja al no recibir una respuesta, pero inmediatamente me dí cuenta de la situación. Ambos parecían estar en shock.
—¿Qué sucedió? —Pregunté.
Ninguno me miraba, y luego de un largo silencio, Daniel por fin lo hizo.
—Ejecutaron a Lily. —Dijo Daniel.
Abrí los ojos a la par.
—¿Qué? —Pronuncié desconcertada.
Mateo me miró y frunció el ceño.
—Es extraño. —Dijo él.
—Era la bruja de corte, obvio que es extraño. ¿Ahora quién va a serlo? —Dijo Daniel.
—Supongo que alguien nuevo ascenderá, ¿no? —Pregunté.
Mateo y Daniel se miraron.
—Ya la nueva bruja llegó, está con Lucifer, pero no ha venido aquí. —Dijo Mateo. —Debe estar por llegar.
—¿Ah sí? Yo creo que ya llegó. —Dijo Daniel mirando atrás de Mateo y yo.
Éste y yo giramos para mirar y mi mandíbula casi cae al piso al ver a Mary allí.
—¿Mi hermana?
Jais<3 se vienen cosas buenas. ¿Ya van atando las pistas?