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—Ya es tiempo. —Advertí.

Daniel estaba a mi lado organizando su ejército junto con el mío. Mary, nuestra bruja de corte, estaba hechizando las armas para que pudieran hacerle daño a los ángeles.

Ni ellos podían matarnos a nosotros ni nosotros a ellos, pero podíamos dejarlos heridos.. en el suelo. La idea era dejar la mayor cantidad de ángeles heridos hasta que su líder, que seguramente iba a ser Valentín se rindiera.

Teníamos que llevarnos esta victoria.

—¿Amelia sigue en el calabozo? —Preguntó Daniel acercándose a mí.

—¿Cuál es el maldito plan que tiene con Peter? —Pregunté.

—¿Sabés su nombre? —Dijo Daniel alzando una ceja.

—Y sí, si no no te lo estaría diciendo. —Dije obvio y rodé los ojos. —El plan, Daniel. —Le pedí.

—El plan no se va a ejecutar porque Amelia está encerrada. —Dijo él.

—No te pregunté si se podía o no.. te dije que cuál era el plan. —Le dije a él.

—El plan no lo sé, porque antes de saberlo.. vos me pediste que viniera con vos, hace cinco días fui donde el humano a tratar de sacarle información pero Amelia supo hacer que se calle bien. —Dijo Daniel.

Asentí algo dudoso, creí que aquella visita de la que me había dado cuenta era un secreto que el mantendría conmigo.

—Mejor tenerla encerrada, ¿no? —Le dije a Daniel y él alzó los hombros.

Quise pensarme en dejar salir a Amelia, pero realmente era mejor tenerla ahí mientras la guerra.

Primero porque el plan me daba mala espina y segundo, porque quería mantenerla a salvo.

Como le dije a ella, que haya terminado en ese calabozo fue lo mejor que me pudo haber pasado.

—No pensemos en Amelia ahora, Mateo. La guerra ya comienza.. —Dijo él y asentí.

—¡Vamos! —Exclamé y Daniel hizo una seña.

Los demonios ascendieron a la tierra.. el mundo humano creado por dios.. íbamos a destruir un pueblo, pero ese no era nuestro verdadero propósito, sabíamos que los ángeles estarían preparados para atacar al ver que atacamos la creación terrenal, y ahí se desataría finalmente la guerra.

Hice una seña para que se dispersaran y Daniel y yo caminamos hacia la entrada del pueblo, pero entonces dos ángeles se hicieron presentes, con espadas angelicales cuidando el lugar.

Yo me detuve y mordí mi labio inferior antes de ladear ligeramente mi cabeza. Antes de poder hablar, Valentín también apareció frente a nosotros.

—¿Creíste que iba a dejar que los tocaras? Deja a ese pueblo en paz que el asunto es entre nosotros. —Dijo Valentín.

Solté un silbido y los demonios aparecieron detrás de mí.

Valentín no desvió su mirada de mis ojos, pero los demás seres celestiales comenzaron a aparecer detrás de él.

Estábamos en un terreno campestre y plano, listo para que todo a nuestro alrededor se destruyera.

Sonreí invitando a el ángel a hacer lo mismo.

—¿Qué estás esperando? —Dije cínico.

La guerra había comenzado.








Holaaaa. Yo no sé ustedes que piensan de estooo, si les gusta la idea de la guerra o si las aburre, a mí me emociona jajajaja.

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora