09

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¿Qué podría significar que aún tenga esa marca?

¿Un demonio podría mandar sobre otro?

Bueno, él era un príncipe y no sabía qué tanto poder le daba sobre alguien como yo.

El mundo infernal nunca fue algo de mi interés porque bueno, yo no era de este mundo, así que no había razón para meterme.

Mateo siempre había tenido el control de mí por ser dueño de mi alma, ahora era un demonio, ¿podría ser posible que aún tuviera algún tipo de control sobre mí?

Quería dejarlo completamente a un lado pero cada vez que necesitaba respuestas me daba cuenta que tenía que buscarlo a él.

O quizá no..

Salí de la habitación y caminé por el corredor.

Quería encontrar a Dani, él podía decirme acerca de este mundo. Sabía que si buscaba a Mateo aunque fuera para algo como ésto se iba a complacer.

No conocía ni siquiera el palacio, ¿cómo iba a saber donde estaba él?

Recordé que Mateo podía teletransportarse a otros lugares, pero yo claramente no sabía como hacerlo.

Cerré mis ojos y pensé en Daniel, deseando llegar a él.

Abrí mis ojos y seguía en el mismo lugar.

Maldije por dentro antes de volver a desear encontrar a Daniel, enojada.

Para mí sorpresa, me encontré de pronto frente a él.

Estaba en un billar, pero el lugar se encontraba solo, únicamente estaba él con su taco.

En seguida se percató de mi presencia, apoyó el taco en el piso antes de mirarme con una semi sonrisa y una mirada cuestionante.

—Hola. —Dije mientras pasaba mis dedos suavemente por el borde de la mesa, a la vez que caminaba hacia él.

Él me miró de arriba a abajo.

—Hola. —Dijo y yo sonreí. —Bonito vestido.

—Gracias. —Dije con desinterés.

—¿Qué pasa? —Preguntó mirando la punta de su taco.

—Bueno.. soy nueva aquí, no entiendo una mierda. —Dije alzando los hombros. —No necesito un folleto, pero una breve explicación de la función de nuestra “vida” estaría bien.

Daniel sonrió antes de posar su mirada nuevamente sobre la mía.

—Es una situación peculiar, porque no llegan cada tres días humanos que se convirtieron en demonios. Es decir, no recuerdo la última vez que sucedió.. —Daniel se quedó mirando a la pared por un momento, un tanto pensativo. —Como sea. —Regresó su mirada a mí. —Los demonios llegan aquí por reproducción, ¿sabés? Si no, tiene que ser a petición de un príncipe, y bueno, ya sabrás por quién estás aquí.

—Sí. —Dije asintiendo con la cabeza.

—Bueno, tuviste que haber cometido atrocidades en la tierra, tuviste que haberle entregado su alma, llamaste la atención de Satán y Satán atendió la petición de Mateo. —Dijo Daniel y volví a asentir.

—¿Entonces..?

—Bueno, no tengo mucho en qué ayudarte. Si estás aquí por Mateo él tendrá que ser tu guía, vas a ser como tu aprendiz. —Concluyó.

Hice una mueca y él sonrió.

—Lo bueno es que ser malo es algo que simplemente va a estar dentro tuyo, así que ni te costará mucho aprender, ni a Mateo enseñarte, pero.. —Él largó una carcajada divertido. —A Mateo le va a tocar guiarte en el palacio, decirte como manejar varias cosas y.. como sea, boluda, prefiero cuidar una cría humana.

Arrugué el ceño y solté una risa seca.

—Creeme, no querrías nunca hacer eso. —Dije.

Miré la mesa y luego a Dani.

—¿Jugas solo? —Alcé una ceja.

—Espero a tu maestro, y parece que llegó. —Dijo mirando detrás de mí.

Me giré un poco y vi a Mateo. Él se sorprendió un poco de verme ahí, sin embargo, siguió su camino y tomó un taco.

—Aquí usás las puertas. —Dije mirando a otro lugar.

—Cuando estoy cerca. —Dijo acercándose a la mesa.

Él le puso tiza a su taco sin mirarme.

—¿Qué hacés aquí? —Cuestionó.

—Le decía a Dani para que me orientara un poco. —Le dije sincera.

Mateo me miró. —Supongo que te dijo quien te va a guiar. —Dijo antes de volver a mirar su taco.

—Supongo que no es obligatorio. —Dije y él sonrió.

—Amelia, podés querer dejar atrás tu vida humana, pero no vas a poder borrar esa decisión que marcó tu espalda.. marcó tu alma. —Dijo antes de mirarme con aquella sonrisa. —Sos mía.

Asentí con la cabeza mientras sentía que dentro mío algo ardía de molestia.

—Tranquila, no pienso obligarte a nada. Por ahora, te va a convenir solo a vos, porque en este momento sos una carga de la que yo me haré cargo. —Dijo.

Alcé ambos hombros con desinterés.

—Luego, vos me vas a buscar antes de que yo tenga que obligarte a hacer algo. —Dijo Mateo y se rió.

No iba a discutir con él, y no porque estuviera de acuerdo con él, sino porque su ego estaba por las nubes y no me iba a desgastar alegando con alguien tan imbécil.

—Básicamente, esa marca lo único que significa es que no te podés alejar de mí. —Volvió a hablar.

—Eso ya es bastante. —Dije y él alzó los hombros.

Rodé los ojos y vi como empezaban a jugar. En mi mente apareció el recuerdo de Mateo jugando con ese hombre, para luego ofrecerle una noche conmigo.

Lo odio.

—Ey.

Ambos me miraron y mi semblante permaneció serio.

—Quiero ver a mi mamá.









F.

¿Han visto la peli de Daddy Yankee?

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora