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—Mirá, pelotudo, volvelo a perder y no sabés como te arranco la cabeza. —Dije antes de entregarle la maleta a Peter.

Él sonrió antes de abrirla, habían varios libros y el anillo. Peter se lo puso en seguida y yo lo presioné con la mirada.

—Deberías estudiar ese libro. —Dije.

Él miró atentamente la maleta y frunció un poco el ceño mientras sacaba los libros y los papeles.

—¿Qué? —Los miré.

Abrí las hoja y fruncí el ceño al ver que era.

—¿Qué es? —Preguntó Daniel.

Yo los doblé y los guardé.

Eran planes en los que estaba incluida Mary.

—Aún no confío en vos. —Le dije seria.

Él alzó una ceja y yo miré a Peter.

—Si se aparece con vos llamame. —Le advertí al humano.

Yo desaparecí pero pronto sentí a Daniel conmigo.

—Pará, Amelia. —Se hizo en frente mío. —No me jodás, te ayudé, te estoy siendo sincero, ¿que más querés?

Lo miré a los ojos, no sabía si confiar en él o no.

—Mateo hizo tanto por mí, y miralo donde está. —Dije yo.

—Pero yo no soy Mateo. —Dijo serio.

Sonreí. —Claro que no, a él le tenés miedo.

—¿Miedo? —Rió seco. —Soy un demonio, Amelia. Nosotros no conocemos esa palabra.

Me acerqué a él a pasos seguros hasta eliminar cualquier tipo de distancia entre nuestros cuerpos.

—Cogeme entonces. —Dije en un tono bajo, mientras lo miraba a los ojos.

Pude ver que no se esperaba eso en lo absoluto.

—No creas que no tengo ganas. —Dijo sin dejar de mirarme a los ojos.

—¿Entonces? —Dije mirándolo. —Le tenés miedo.

—No es miedo, solo me ahorro los problemas. —Dijo él.

—Te vas a perder el mejor problema de tu vida. —Dije.

Él mordió su labio y sonreí cuando aparecimos en una cama.

Pronto Daniel ya estaba sobre mí, sacando mis prendas para proceder a hacer lo mismo con las suyas.

Sonreí al ver su miembro y me reincorporé para poder tomarlo en mi mano.

Estaba siendo completamente directa, y como no, era lo que nos interesaba a ambos.

Él me miró fijamente con deseo antes de que yo hundiera su pija en mi boca, robándole un gemido que me hizo mojar.

Dejé que mi saliva humedeciera todo su miembro para poder comenzar a hacer un vaivén con mi boca, uno que lo estaba volviendo loca.

—Vení. —Dijo antes de tirarme hacia atrás.

Ágilmente se posicionó entre mis piernas, las cuales yo abrí dándole su respectivo espacio.

Daniel agarró mis caderas y sin esperar se introdujo en mí con rudeza logrando que mi espalda se arquee.

Mordí mis labios pero fue imposible que no se escapara un gemido de mi boca.

Sus ojos estaban hundidos en la lujuria como probablemente también estaban los míos.

Un jadeo brotó de sus labios a la vez que comenzaba a embestirme pausadamente pero con fuerza.

Ambos completamente agitados mientras sentíamos nuestros sexos darse placer mutuamente y repartirlo por nuestro cuerpo.

Mis manos fueron a su cabello al sentir su boca en mis pezones endurecidos a causa de lo excitada que estaba.

No podía parar de gemir al sentir toda la estimulación que recibía de su parte y el ritmo de sus embestidas se aceleraba cada vez más volviéndome loca.

Se alejó de mis pechos para mirarme fijamente, dejándome ver sus labios rojos hinchados que no me cohibí a besar.

Él mordió mi labio inferior antes de apretar con más fuerza mis caderas y echarse para atrás, sentándose y dejándome a mí arriba.

Puse mis manos en su pecho antes de comenzar a saltar sobre él, mordiendo mis labios por lo bien que se sentía su miembro dentro mío.

Sus manos viajaron a mi culo y lo apretaron con fuerza antes de que ambos nos viniéramos.

Apoyé mi cabeza en su hombro tratando de regular mi respiración, solté una risa que le contagié a él.

—Quién lo diría Daniel. —Dije antes de mirarlo.

—Lo mismo digo. —Dijo mirando mis labios.

Yo miré los suyos y antes de poder juntarlos, una voz sonó dejándome petrificada.

—Dani vos..











AAAAA NERVIOSAA.

3/?

Las amo bebés, el maratón sigue hasta que ustedes quieran<3

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora