—Abre un poco las piernas. —Susurró.
Yo lo miré esperando algo de su parte que me diga que solo está jodiendo, pero la sonrisa que tenía antes había desaparecido, sabía que hablaba en serio.
Puse mis manos en la mesa y lentamente abrí un poco mis piernas, dándole acceso a la mano de Mateo.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al sentir su mano tocar mi feminidad, traté de no removerme en mi puesto aunque tuviera muchas ganas de hacerlo.
—¿Podemos dejarlo para después? —Propuse mientras sentía sus dedos mover el hilo de mi tanga a un costado.
—Quiero ahora. —Dijo y mordí mi labio al sentir sus dedos comenzar a acariciar mi feminidad.
Mi respiración comenzó a volverse irregular mediante Mateo jugaba con aquella zona tan sensible.
Enterré mis uñas en la mesa sintiendo que no aguantaba más así.
—No aguanto. —Murmuré.
Mateo asintió con una sonrisa y retiró su mano, miré sus dedos mojados por mis fluidos y en seguida los llevó a su boca para chuparlos.
—Acá está la comida. —Dijo el mesero dejando el plato en nuestra mesa.
—Gracias. —Dijo Mateo.
Aquel hombre se retiró y yo miré el plato, se me había quitado el apetito y tenía ganas de irme ya.
—¿Qué tal si nos vamos? —Le dije.
Mateo me miró y negó antes de llevar sus manos a su pantalón. Abrí mis ojos al ver como bajaba su cremallera y tras bajar un poco su bóxer, dejaba salir su erección al aire.
—¿Qué hacés? —Dije entre dientes.
Algunas personas llevaron su mirada a Mateo sorprendidas.
—Quiero que me hagás un pete. —Dijo como si nada.
—¿En serio aquí? —Dije.
Creí que una situación así me llenaría más de vergüenza, pero simplemente estaba confundida y sorprendida por lo que hacía.
—Sos un loco. —Reí negando con la cabeza.
—Sí, sí, y vos sos mía. —Dijo. —Arrodillate, abrí la boca y mostrale a todos de quien sos.
Su mirada me dio a entender que no quería ningún reproche, y siendo sincera había algo encantador en toda esta locura, así que sin peros me arrodillé, dejando mi rostro a centímetros de su miembro viril.
—¿De quién sos? —Preguntó, para éste momento todos miraban.
La mayoría perturbados, algunos pocos tratando de ocultar su excitación por la escena y algunos padres tapando a sus hijos.
—Tuya. —Dije antes de engullir su pene.
Miré gustosa la sonrisa de Mateo antes de comenzar a hacerle un buen oral, chupándoselo con ganas y habiéndolo gemir.
Él tiraba la cabeza hacia atrás mientras yo sacaba y metía su miembro en mi boca, haciendo un intenso vaivén y tratando de meter todo lo que podía.
Lo saqué de mi boca y comencé a jugar con mi lengua por toda su extensión, a lo que él jadeó.
Miré como un hombre que deduje era el dueño del lugar se acercó a nosotros con las mejillas rojas.
—¿P-pueden detenerse? —Dijo él. —La policía está en camino.
—Un segundo. —Jadeó Mateo. —Ya me voy a venir. ¿Podés meterlo en tu boca, bebé?
Yo me reí antes de volver a meterlo en mi boca y escuchar un fuerte gemido por parte de él.
—¡Señores, por favor! —Gritó rojo.
—Uy, vení. —Dijo Mateo quejándose antes de hacerme levantar. —Él quiere que me venga rápido.
Y de un ágil movimiento Mateo me sentó sobre él, movió mi tanga y antes de que pudiera darme cuenta ya me había penetrado.
Solté un jadeo por su repentina y brusca introducción.
Estábamos pasando un límite, y aún siendo un demonio pude sentir algo de vergüenza.
—Mi amor.. —Gimió ronco.
Él puso sus manos en mis caderas antes de ayudarme a hacerme saltar sobre él. Agarré sus hombros sintiendo como la marea de placer me absorbía.
Mateo subió sus caderas y aceleramos nuestros movimientos logrando que comience a gemir sin cohibirme.
—T-teo.. —Dije agitada sintiendo como nuestras pieles chocaban.
Su miembro salía y entraba en mí con rapidez, un ritmo que me estaba volviendo loca.
Sentí un brazo agarrarme para alejarme de Mateo, pero en un rápido movimiento, Mateo me hizo a un lado y golpeó al dueño del lugar.
—¡No la toqués! —Dijo molesto antes de tomar mi brazo.
Yo me reía mientras nos dirijíamos a la salida.
—¿Ese era tu plan? —Dije sonriente.
Mateo me miró con una sonrisa.
—Si te referís a que Valentín nos viera, entonces sí. —Dijo burlón.
Mi sonrisa se esfumó y miré atrás hacia el restaurante, encontrándome con el ángel que también me miraba con desaprobación.
¿Por qué escribo esto? Ya quíteneme waTTPAD ahre.
¿Qué opinan xd?