Aparecimos de repente en la habitación de Mateo, yo lo miraba seria sin poder creerlo.
No sé porque el hecho de que Valentín nos hubiera visto me ponía tan incómoda, me disgustaba demasiado.
—¿Por eso lo hiciste? —Reclamé frunciendo el ceño.
Mateo me miró y largó una carcajada que me hizo enojar más.
—¡Sos un pelotudo! —Insulté molesta.
Él se rió y arrugó la nariz antes de agarrarme de los brazos enojado.
—Bien que cuando te estaba cogiendo no te enojaste, o cuando me la estabas chupando, ¿tenías mucha rabia? —Habló con ironía al final. —Yo se lo que te pasa.
—¿Qué me pasa? —Dije alejándolo de mí.
—A mi no me creás boludo. No me reclamaste por mi acción sino hasta que te diste cuenta que se enteró de nuestro show. Habían cincuenta personas mirándonos, y ahora estás molesta por él. —Dijo molesto, su expresión denotaba su ira.
—No es por eso. Me jode que lo hayas hecho por eso y no por diversión. —Mentí.
—Bueno para mí fue divertido pornerlo en su lugar, y una nueva experiencia para vos y yo no estaba nada mal. —Dijo él y alzó los hombros.
—¿Ponerlo en su lugar de qué? —Fruncí el ceño.
—No te hagás la boluda que te quedás así. Vi cuando le estabas coqueteando al ángel del orto. —Habló entre dientes. —¡Te hablo y te hablo! Por un oído te entra y por el otro te sale.
—¡¿Por qué me seguís a todas partes?! —Grité.
—¡Porque quiero! pero andá, andá con el ángel ese, re aburrido debe de ser. —Bufó.
—Debe tener alta pija. —Dije para hacerlo molestar.
Él se rió y se cruzó de brazos.
—Ya hasta pensaste en como es su pija. —Dijo negando con la cabeza.
Alcé los hombros, la verdad era que no lo había pensado y mucho no me interesaba.
—Tendrías que saber que es un ángel, un ser puro, y del rango que es no es alguien que vaya a caer en tu jueguito. —Dijo Mateo. —Ellos no están llenos de lascivia como los demonios.
—¿Me estás retando? —Alcé una ceja.
Él me miró fijamente y negó.
—No sé que pensar de vos. Quisiera recordarte que sos mía, pero no tendría que hacerlo. ¿En serio tengo que obligarte a preferirme? —Dijo él mirándome incrédulo.
—Sabés que soy tuya, sos el que me toca, tengo tu nombre en mi espalda, marcaste mi espalda y estoy comprometida con vos. —Escupí molesta. —¿Tanto te jode que me divierta un poco?
Él bajó la mirada por unos segundos y luego volvió a mirarme, esperé a que dijera algo pero rodó los ojos únicamente.
—Dale, decí que tengo la razón. —Dije. —Como si vos no hubieses hecho lo mismo, no jodás.
—Nunca te hice eso. —Frunció el ceño.
—Boludo besaste a Melanie. —Le recordé. —Y dejaste que la tal Esmeralda te hiciera un pete.
—Y luego dejé que la mataras. —Dijo obvio.
—Sí, pero lo hiciste igual y solo por diversión. —Dije cruzándome de brazos.
Él volvió a bajar la mirada y mordió su mejilla interna.
—Con él no. —Dijo en voz baja.
Él me miró a los ojos.
—Tenemos una historia en la que él termina ganando, no voy a dejar que gane conmigo nunca más, no quiero ni que ocupe el mismo espacio donde vos te encontrás. —Dijo Mateo mirándome.
—No va a ganar Mateo, me gusta joder pero para mí solo existís vos. —Dije seria.
—Por favor alejate de él. —Me pidió.
Yo suspiré y asentí.
—Celoso de mierda. —Dije y él sonrió.
—Te amo. —Murmuró en mis labios antes poner sus manos en mis muslos y alzarme. —Terminemos lo que no pudimos allá..
Bueno, un capitulín aquí. Disculpen si se les hizo incómodo el cap anterior (aunque esa era la idea xd).
¿Quieren más bardo?