❝ESTRENO 28.11.20❞ (MARATÓN 1/4)
๑Amelia๑
Abrí mis ojos de golpe. Me encontraba en un espacio extraño y desconocido.
No muy extraño, era una habitación pero con una estructura bastante gótica, muy amplia.
Yo estaba sentada en la cama, y el lugar se encontraba completamente vacío.
Miré en la pared una araña que caminaba tranquilamente, aunque parecía que se desbarataría en cualquier momento. Me sorprendí al notar lo bien que podía mirar, como si hiciera un acercamiento.
Oía además murmullos afuera, pero no entendía lo que decían.
Miré mi cuerpo y me di cuenta que estaba desnuda. Llevé mis manos a mis piernas y sentí mi piel muy fría.
Amelia.
Fue recién el momento en dónde pensé en mi nombre.
Cerré mis ojos y pude ver..
Pude ver el día en que nací, pude ver la luz del hospital, incluso el rostro del doctor que me recibió en sus brazos, antes de pasarme a los brazos de mi madre.
Ella lloraba mientras me veía, pero tenía una sonrisa gigante en su rostro.
Una secuencia de recuerdos con ella aparecen en mi mente, desde mis primeros pasos, hasta donde soy una adolescente.
Vi toda mi vida en miles de segundos, recordé cosas que nunca había recordado antes.
Recordé los últimos días, recordé a Mateo, recordé mi alma.
Recordé que había muerto.
Ese momento en el que había caído luego de ser tirada por la persona que amaba.
Sentí un odio profundo acumularse en todo mi cuerpo.
Abrí mis ojos y miré la puerta de madera.
Me levanté de la cama sin saber muy bien que estaba sucediendo. Por alguna razón ello no me agobiaba, no me sentía angustiada.. no tenía miedo.
Estaba muerta, lo sentía.
Lo sentía en la frialdad que recorría mi cuerpo.
Sin embargo, ¿qué lógica tenía eso? Y en cualquier caso, ¿dónde se suponía que estaba?
Avancé un tanto hasta la puerta y me detuve a unos pasos de ésta, al distinguir la voz de quien hablaba allí afuera.
Mateo estaba ahí.
Podía ver varias imágenes de él, aquellas en las que me besaba, aquellas en las que me mentía, me acariciaba y trataba de convencerme de que me amaba.
Quería matarlo.
Abrí la puerta de golpe alcanzando a oír hasta lo más profundo de aquel crujido de madera vieja.
Ante mis ojos aparecieron dos siluetas. Una, era de quién ya había identificado antes, y la otra, era de Daniel.
Por mi mente en seguida pasó cada imagen que tenía de él, cada vez que peligré con él, e incluso cuando lo besé.
¿Cómo no podía sentir molestia? Todo era tan enfadoso.
Ambos se giraron a mirarme silenciando sus bocas. Tanto Mateo como Daniel abrieron su boca sorprendidos mientras yo los miraba sin expresión alguna.
Mateo abrió la boca queriendo hablar pero no pudo articular ninguna palabra.
¿Le sorprendía que yo estuviera aquí? ¿acaso no lo sabía?
Por un momento pensé en la idea de que fuera un sueño en el limbo, en el que podría liberar mi enojo.
—¿Qué hacés? —Cuestionó Mateo antes de darle la vuelta a Daniel.
Él demonio carcajeó bajo antes de desaparecer.
—¿No te da vergüenza? —Preguntó Mateo mirándome ahora a mi.
Bajó su mirada a mi cuerpo y yo también lo hice por inercia. Claro, estaba desnuda.
—¿Debería? —Pregunté, pensando en voz alta.
Subí mi mirada de nuevo, encontrándome con la suya.
Él me miraba un tanto perplejo.
Mi último tiempo viva lo compartí a su lado, ya me había acostumbrado a su presencia, a su compañía. Pero por alguna razón este momento era sumamente extraño.
Su expresión fue cambiando, hasta mirarme serio.
Vi su amago por tomar mi mano y golpeé su mano antes de golpear su rostro con mi otra mano.
Vi su rostro voltearse y como su cuerpo se balanceó un poco hacia atrás.
Llevó su mano derecha a su mejilla, se notaba que le había dolido, y eso me gustó.
Cada vez que lo empujaba o lo golpeaba, nunca se inmutaba.
Por ello, esto produjo por fin una sonrisa, en mí, una pequeña sonrisa formada por mis labios, ocultando mis dientes.
Dentro de mi rogué que esto no fuera un sueño, porque quería hacerle daño, quería que Mateo pagara.
Por fiiiin. ¿Cómo están? ¿listxs para el maratón? Disculpen la tardanza, hubieron errores técnicos 😔
Arrancamos con estoo. Estoy muy emocionadaaaaaa.