Amelia
Mi sonrisa se ensanchó al ver la expresión de desconcierto en aquellos seres tanto infernales como celestiales.
Ninguno se lo esperaba, y eso me hacía sentir tan bien.
—Me dejaste caer hace cuadra y media, pero ya estoy aquí.. —Escuché a Peter agitado a mis espaldas.
Rodé los ojos e ignoré eso.
Mis ojos divisaron a todos hasta encontrar a Mateo y Valentín bastante cerca, pero ambos solo me miraban sin entender la situación.
Cuando salí de la celda me fortalecí cada vez más, hasta que de pronto mis alas crecieron más. No sabía si tenía que ver con el rango, pero por supuesto yo ya me sentía superior a cualquiera de ellos.
Sin dejar de sonreír puse un pie adelante, pisando con fuerza, y una grieta se comenzó a extender linealmente desde mi pie hacia en frente, hasta finalmente separar a los demonios de los ángeles.
—Se que muchos de ustedes me criticaron porque antes fui una humana.. que ahora soy un demonio.. que debí haber estado en el cielo.. —Miré a Valentín. —Me importa un carajo a donde pertenezca.
Miré a Mateo tratar de acercarse y lo miré fijamente, entrecerrando mis ojos y haciendo que se detuviera.
—Ustedes.. demonios.. o ángeles van a postrarse cada uno frente a mí. —Dije mirándolos.
Miré rápidamente hacia mi derecha cuando del cielo cayeron fugazmente dos ángeles.
Gabriel y Miguel.
—Es mejor que te detengas.. —Dijo Miguel en el suelo, mirándome con seriedad.
Mordí mi labio sonriendo.
—No lo creo.. —Alcé los hombros.
—Los ángeles nunca se van a arrodillar frente a alguien que no sea su dios. —Dijo él.
—Ya era hora de que lo cambiaran entonces. —Dije y vi a Gabriel apretar sus puños.
Sin darme cuenta, Valentín se había acercado a Gabriel y lo miraba tratando de decirle algo que yo no descifré.
—Mateo. —Llamó Gabriel mirando al demonio.
Mateo frunció el ceño antes de levantar una ceja mirándolo.
Gabriel tampoco lo miraba de la mejor forma, se notaba que trataba de tragar su orgullo.
—Valentín se mantendrá lejos de Amelia. —Dijo él y yo alcé una ceja antes de mirar a Valentín, pero éste solo desvió su mirada. —Dejá de destruir tanto el mundo.. hagamos las pases por un tiempo.
—Ay, que tiernos, traigan las plumas para firmar el tratado.. —Dije sonriendo antes de mirar cansada a Gabriel. —Pero yo no vine por los muertos, ni por Mateo.. ni por Valentín. Soy frontera.
—¿Y eso supone? —Preguntó Miguel. —Lo que querás pensar lo podés hacer, pero sos un demonio, y necesitamos hacer la paz por temporadas. Los demonios y los ángeles necesitan un equilibrio..
—Y por fin llegué. —Sonreí. —Así que.. aclarado esto, es mejor que cada uno de ustedes se ponga de rodillas.
—¿O qué? —Dijo Miguel.
—A menos que quieran que los obligue.. —Guiñé un ojo y traje a Valentín y a Mateo frente a mí, antes de hacerlos caer de rodillas.
Ambos trataron de levantarse al instante pero creo que es más que obvio que no pudieron hacerlo.
—¿Qué mierda hacés? —Dijo Mateo que me miraba confundido, quizá un poco desesperado.
Tal vez nervioso..
Valentín sí se veía más asustado, y tenía lógica, era un ángel.
—No te va a pasar nada.. —Susurré tratando de brindarle tranquilidad, aunque dudo poder haberlo logrado.
Solo a él le iba bien brindando calma.
—¡Te vas a meter en serios problemas! —Exclamó Miguel.
—Los problemas los traigo yo. —Dijo Peter divertido.
Me di la vuelta y miré al ejército de muertos detrás de mí. Ellos no eran tan poderosos como los ángeles y/o los demonios, sin embargo, yo había compartido mi poder con ellos.
El poder del cetro los controlaba a ellos también, los mantenía vivos y también les daba las fuerzas.
Me di vuelta y tras mirar a Mateo con una sonrisa miré a todos los seres ahí presentes.
—¿Van a arrodillarse? —Dije y ninguno lo hizo. —¿No? —Sonreí. —Bien, la guerra debe continuar...
Holaaa, ya se que está re tarde pero lo dejo aquí para las que siguen despiertas ❤️ y para las que se despierten luego ya tengan un cap para leer.
Les gustó el cap?🥺
Muchos besos y abrazos, bebés, gracias x tanto.