—¿Salimos? —Dijo Daniel.
Estaba a punto de rechazarlo cuando me di cuenta de que podíamos hacerlo.
—Salgo con Peter hacia una fiesta, ¿querés ir? —Le dije.
Daniel alzó una ceja.
—¿Y planean coger o..?
—No seas idiota. —Rodé los ojos. —Va a ser una noche divertida, creeme. —Le aseguré.
—Bueno. —Alzó los hombros.
—¿Y Mateo? —Levanté una ceja.
—Está garchando. ¿Con quién? Ni idea. —Dijo Daniel.
—¿Qué decís? —Fruncí el ceño.
—No seás amargada, no sé donde está. —Me dijo Daniel rodando los ojos.
—Vamos. —Le dije.
Antes de decidir desaparecer, vi a Mateo caminar del otro lado de la sala.
—¿Adónde vas? —Pregunté. —Vamos a salir.
—Voy a Roma. —Dijo antes de desaparecer por una puerta del palacio.
Aquella daba a la cabaña, lugar ubicado en Roma terrenalmente y el único lugar del infierno al que los humanos tenían acceso, ya que podían entregar sus almas.
Alcé los hombros y desaparecí con Daniel para entonces aparecer afuera de una casa en la que notoriamente hacían una fiesta.
—Ya llegamos. —Le dije a Daniel.
Miré a Peter y me hice visible ante él.
—Ya era hora. —Me miró mal.
Alcé una ceja. —Lo siento. —Hablé irónicamente.
Podía ver sus nervios, me parecía gracioso e incluso hasta cierto punto me generaba ternura.
—Dijiste que ese pibe es una mierda con vos. —Hablé. —¿Por qué te pone nervioso matarlo?
—Nadie me dio el derecho de matarlo. —Me dijo.
Daniel bufó divertido.
—Bueno, te lo doy yo, creo que ese es más importante que el “derecho a la vida” dado por los humanos. —Le dije y él alzó una ceja para luego sonreír.
—Estás loca. —Dijo él suspirando.
—No te hagás el normal ahora. —Dije yo.
—¿Vamos a entrar? —Dijo Dani y por el susto que le dio a Peter me di cuenta que se había hecho visible.
—Detesto eso. —Dijo Peter de malhumor.
—No te pasés de vivo con ella, porque Mateo te mata. —Dijo Daniel amenazante antes de desaparecer entre la multitud.
—¿Quién es Mateo? —Preguntó Peter pálido.
—No le des bola. —Dije antes de entrar a la fiesta.
Peter iba atrás mío y yo sonreí al sentir el ambiente de la fiesta. Ni cuando era humana lo disfrutaba, pero el ambiente caótico del lugar era simplemente excitante.
—¿Ya lo viste? —Pregunté refiriéndome a aquel rubio de su universidad.
—Sí, está.. casi cogiendo con una chica. —Dijo con asco.
Reí. —Bueno, andá a hacer lo mismo, porque la noche recién comienza.
Mmm, ¿qué pasará esta noche?😁😏