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Ahogué un jadeo al sentirme estrellada contra una pared, pero no era la del club, estábamos en el palacio.

Sus manos rodearon mi cuello para apretarlo, llevé mis manos a sus brazos y enterré mis uñas en su piel.

Él hizo caso omiso y apretó con más fuerza, levantándome del piso.

Era consciente de que no podía morir, pero el sufrimiento seguía ahí presente.

—Puedo dejarte inconsciente. —Dijo él.

Estaba tan, tan, molesto. Y maldita sea, eso me encantaba.

Él me soltó dejando que respire bien, sin embargo, aún estaba ahí encerrada.

—No te pasés de lista. —Dijo entre dientes antes de bajar sus manos a mis caderas.

Me levantó rápidamente y por inercia enredé mis piernas a su cadera. Solté un gemido cuando sentí como apretaba su entrepierna contra la mía.

—Te divertiste hoy.. —Dijo él.

Asentí con la cabeza divertida y él sonrió.

—Claro que sí, lo hiciste por diversión. —Dijo antes de arrancar el vestido de mi cuerpo.

Esta situación lucía tan peligrosa y sensual que me excitaba.

Su rostro estaba cerca del mío, y me estaba volviendo loca.

—¿Sabés por qué vas a estar conmigo? Porque me deseas. —Dijo antes de moverse, frotándose contra mí.

Tiré mi cabeza hacia atrás abrazada a su cuello, sintiendo como todo mi cuerpo entraba en un estado de placer.

—Di que no si no es así. —Dijo buscando mi rostro.

No pude evitarlo y acerqué mis labios a los suyos, a lo que él alejó un poco los de él.

—¿Ves? —Dijo aún cerca de mis labios.

Sus manos hicieron un recorrido hasta mi trasero y mordí mis labios cuando lo apretó.

No podía negarlo, lo deseaba mucho en ese momento.

Con agilidad, Mateo logró ponerme en la cama, como la última vez.

Divisé con rapidez el espacio.

—¿Es tu habitación? —Pregunté.

—¿Eso importa? —Cuestionó agarrando mis manos para ponerlas sobre mi cabeza.

Podría luchar contra él, pero tenía razón, no podía resistirme a la tentación.

—Importa si es mucho más lujosa que la mía. —Dije provocando que él aleje un poco su rostro y sonría.

—Beneficios de ser un príncipe.. aunque no me molestaría compartirla con vos. —Dijo antes de hundir su rostro en mi cuello.

Suspiré mientras abrazaba su torso con mis piernas, queriendo traerlo más cerca a mí.

Sentía su lengua recorrer mi piel, y sus dientes morder sutilmente esa zona, depositaba de vez en cuando besos húmedos que solo lograban excitarme más.

—Dejalas ahí. —Dijo en mi oído antes de soltar mis manos.

Sentí sus dientes en el lóbulo de mi oreja, provocando que gimiera estremecida.

Las manos de Mateo fueron a mi espalda y con facilidad sacó mi corpiño.

Sus labios se pegaron a éstos y comenzó a chuparlas con lascivia.

Bajé mis manos a su cuello y el las agarró, hundiéndolas en la cama, a los lados de mi cadera.

Sus besos húmedos fueron bajando hasta llegar a mi entrepierna, soltó mis manos y cuando iba a aprovechar para moverlas me di cuenta que aún así no podía hacerlo.

Miré la sonrisa en su rostro y como sacó mi tanga.

—Mirá. —Dijo tocando mi feminidad.

Mi respiración se aceleró.

—Lo mojada que estás. —Dijo acariciándome.

Cerré mis ojos al sentir como me estimulaba.

No pude contener el gemido al sentir sus labios ahí. Comenzó a moverlos y absorber allí, haciéndome retorcer de placer. Sus manos fueron a mis piernas para impedir que cerrara la puerta por impulso.

—Solo yo te pongo así. —Dijo antes de jugar con mi clítoris.

No podía evitarlo, él me conocía, y sabía como hacerme retorcer de placer.

Abrí mis ojos cuando escuché como se deshacía de su pantalón, o bueno, solo lo bajó hasta sus rodillas junto a su bóxer.

Miré su pija sin disimulo..

Es que no tiene comparación.

Miré como acercó su miembro a mi intimidad y comenzó a acariciarme con él.

Se sentía bien, pero no era lo que quería ahora.

—Mateo.. —Lo miré mal.

Él siguió sin oírme, acariciando mi feminidad.

Asentí con la cabeza cuando sentí como intrudujo la punta.

—Decilo. —Dijo mirándome.

Sabía bien a lo que se refería, pero me quedé callada. Su dedo se acercó a mi clítoris y comenzó a hacer círculos sobre él

Solté un gemido y casi lloré por no sentir a Mateo entrar por completo.

—¿De quién sos? —Preguntó.

—Soy.. soy mía. —Dije agitada antes de sonreír.

Él formó una sonrisa y salió de mi.

—Acabá vos entonces. —Dijo burlón mientras yo sentía mi enojo encenderse.














¿Alguna vez dejarán de pelear?🤦‍♀️

Yo se que saben quien es el nuevo personaje😏♥️

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora