Amelia
Miré con deseo a Valentín frente a mí. Me excitaba su inocencia.
Se veía tan indefenso que me daban ganas de hacerlo mío, de volverlo loco, de ver como podría ser él en un modo oscuro, cómo sonarían sus gemidos.. y más combinados con mi nombre.
Me encantaría que Valentín fuera mío.
Mi mano trato de subir por su pierna pero fue ágil y la retiró.
—No. —Dijo serio, mirándome.
—¿Por qué? —Hice puchero. —¿No te gusto?
Él me miró fijamente sin expresión alguna, estaba nervioso, lo notaba en los pequeños amagos que tenía de hablar o su mirada poco estable.
—¿No? —Presioné.
—Sí.. —Dijo él con timidez, haciéndome sonreír. —Pero no es debido..
—¿A quién le importa lo que es debido? —Dije volviendo a poner mi mano en su pierna.
El puso de nuevo su mano sobre la mía con la intención de retirarla, pero fue tan débil que no logró hacerlo, solo dejó su mano ahí.
—A mí me importa. —Dijo mientras suspiraba.
—Quiero tocarte.. —Dije, su pecho subía y bajaba.
—Dale, Amelia. No soy eso. —Se alejó un poco de mí pero yo me moví hacia él. —Soy un ángel.
—Quiero que me toqués.. —Dije y suspiré mirándolo a los ojos.
—Amelia..
—¿No querés? —Pregunté.
Él me miró a los ojos y los cerró con fuerza negando con la cabeza.
—No podemos.. —Reiteró.
—Pero querés..
Él se quedó en silencio, parecía bastante frustrado, y lo entendía. Si así podían llegar a ser los humanos creyentes, aun más los ángeles.
Sonreí mirándolo y sin decir nada, fui bajando las mangas de mi blusa hasta bajarla y dejarla en mi abdomen, dejando así mi pecho al aire.
Su mirada bajó a mis tetas por inercia y desvió la mirada con la cara roja.
Vi su amague por levantarse y tomé su mano. Insistía porque era un ángel, sabía bien que quería, solo que tenía miedo.
—Me estás metiendo en problemas, Amelia..
—Si aún no has hecho nada..
—Ya pequé con mi mente..
Mi corazón se movió en mi pecho y mordí mi labio inferior.
—Quiero que lo hagás aquí.. —Dije.
Mientras lo miraba a los ojos, llevé la mano de Valentín hasta mi pecho y mi piel se estremeció al sentir el tacto del ángel.
Sonreí para mis adentros al ver que había provocado una erección en éste con tan solo eso.
—Te juro que me encantas.. —Fui soltando su mano.
Valentín mordió su labio y movió un poco su mano, masajeando mi teta y robándome un par de suspiros. Estaba comenzando a mojarme.
Mi rostro se acercó al suyo lentamente, hasta acortar la distancia, tenía una vista perfecta de sus hermosos labios, los cuales me habían tentado.. me tenía a sus pies.
Su mano bajó a mi cintura y la acarició antes de alejarse.
—No puedo.. —Dijo suavemente.
—Está bien. —Mordí mi labio inferior.
No planeaba ir muy lejos, porque sabía que no lo iba a lograr. Él no era un simple humano que podía caer fácilmente ante a una mujer.
Aunque casi..
Sabía que tenía cierta santidad que no le permitía tanto..
Sin embargo fue placentero y divertido ver como pese a su inocencia logré provocarlo.
—Bue...
Ambos nos giramos para ver a Daniel que nos observaba con el ceño fruncido.
Valentín me miró y rodó los ojos antes de desaparecer.
Miré a Daniel molesta, ¿y a éste qué le pinta?
Hola preciosas estrellitas de mi vida.
1/? ya saben como esss.
Y danilo que onda?