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Es que no podía, no podía y a decir verdad a mi misma me sorprendía, pero esas palabras no podían generar nada en mí.

Lo odiaba.

—Me mataste, ¿en serio esperabas algo de mí? —Pregunté con una sonrisa confusa a la vez que levantaba una ceja.

—Creí que lo entenderías. Se que sos inteligente. —Dijo y yo negué.

—Yo también pensé eso y me dejé enamorar de vos. —Dije.

—Yo también me enamoré de vos..

—Entonces ambos fuimos unos tontos. Tendrías que haberme dejado muerta y haberte ido con Ester. No me mintás, eso era lo que deseabas. —Dije con frialdad.

En seguida vi su semblante cambiar, estaba enojado.

—Eso quise, y te lo había dicho. Fui lo más honesto que pude con vos, y lo que no te dije era para protegerte. —Dijo.

Yo tamborileé en la mesa con mis dedos mirándolo fijamente.

—¿Sabés que agradezco? En realidad no está tan mal que me hayas transformado en esto. Ahora soy fuerte y.. no puedo ser engañada fácilmente. —Dije. Sus venas se marcaban.

Hacerlo molestar me hacía sentir tan poderosa.

—Amelia..

—¿Lo más honesto posible? —Reí. —¿Honesto? —Lo miré incrédula sin dejar de sonreír. —No seás tonto, Mateo. Eso no combina con vos.

—Jodete. —Dijo enojado.

—Y el amor tampoco. —Concluí.

—Y aun así me enamoré de vos. —Dijo.

Hundí mi lengua mi mejilla mirándolo fijamente.

—Me lo dijiste una vez, lo recuerdo muy bien. —Dije y él inclinó un poco su cabeza hacia atrás mirándome fijamente. —Dijiste que no te podías enamorar de nuevo. “Quizá dos veces de tu rostro pero no puedo enamorarme de nuevo”.

—Dije que..

—Dijiste, ¿qué demostraste? —Lo corté de nuevo.

No podía evitar querer hacerlo sentir mal cada vez que recordaba todas las veces que me hirió, aprovechándose de mi vulnerabilidad.

—¿No sabés? —Dije mirándolo. —La amabas a ella. ¿Sabés por qué?

—¿Por qué? —Sonrió.

Apreté mis dientes, molesta por un segundo. Tragué saliva y tomé aire para no sonar como una fiera molesta y dolida.

—Lo recuerdo también, me lo dijiste. —Tomé un sorbo de la bebida, bajando mi mirada a ésta.

Quizá humanamente era dolor lo que sentía, pero ahora todo se había transformado en enojo.

—La amabas tanto que ibas a hacer todo lo que ella quería, la mataste, creaste un clon para que reencarnara en ella y pudiera ser feliz. —Dije y reí al final. —Incluso.. ahora lo entiendo, incluso ibas a renunciar a tu principado solo por ella. Por eso me preguntaste si pensaba que la monarquía.. que el honor y el poder era algo importante. Renunciarías a todo por ella...

Sentía que si él decía algo iba a resultarme completamente tedioso, pero su silencio también me fastidiaba.

Quizá en realidad me molestaba su sola presencia.

—La amabas a ella porque la aceptaste como era, y a mí me arrastraste al infierno. —Dije por último. —Ahí la diferencia entre amor y egoísmo.

Mateo asintió con la cabeza.

—Te equivocas. —Dijo con una pequeña sonrisa.

—¿En serio? —Pregunté con un tono de sorpresa fingido.

Él miró a un lado antes de volver a mirarme.

—Renunciaría a todo por ella, ¿no? —Preguntó.

Lo miré y asentí.

—¿Y por qué no renuncié a vos? —Cuestionó. —Renuncié incluso a lo que más amaba por vos, y le di vuelta a todos mis planes para quedarme con  vos, te pedí tu alma al final solo para que Daniel no pudiera hacerte daño, y te maté para que vinieras aquí y fueras invencible. En lo único que tienes razón es que fui egoísta. Vaya, Amelia, disculpa por no haber querido que murieras, por no haber querido desatar una guerra, por haberte traído a tu inmortalidad, la verdad es que fue egoísta, porque quería que estuvieras siempre conmigo. Perdón por no haber querido pasar solo mi eternidad, mierda, perdón por haber deseado primero dejar de existir que no tenerte, y sobre todo perdón por haberme enamorado..

Me quedé sin palabras ante todo lo que había dicho, no podía creer lo que decía, y era fácil ver su honestidad.

Estaba haciendo mal las cosas, pero sentía que debía luchar por no creerle.

—¿Y si ahora me tienes aquí, qué más quieres? ¿qué es lo que esperás de esto? —Pregunté tratando de verme seria.

Maldije por dentro porque Mateo había logrado hacerlo de nuevo, me tenía realmente nerviosa.

—¿Qué más voy a querer? Si lo que quería lo tengo frente a mí.










Ay, Mateo. ¿Éste es el Mateo que conocemos? 🤨🧐🤔 Boeee

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora