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Mateo

Tenerla ahí desnuda, era una tentación en la que quería caer, pero no lo iba a hacer.

Salí del cuarto antes de dejarla moverse de nuevo. Definitivamente ser un príncipe ahora era una ventaja que estaba apreciando mucho.

Amelia tenía razón, por Ester habría dejado de ser príncipe, pero al mismo tiempo, tuve que convertirme en uno por ella. Necesitaba poder para cumplir con mis planes, y aunque estos planes se convirtieron en otros al final, terminó siendo una ventaja, sino fuera por eso ahora mismo habría perdido el control completo sobre Amelia.

Bueno, de igual forma no es que tenga mucho control sobre ella, pero la situación podría ser peor.

Me hervía la sangre de solo recordar su mirada divertida, diciéndome que ahora podía hacer lo que quería. No, no podía con la impotencia.

No estaba preparado para eso, no consideré el hecho de que ella pudiera liberarse así de mí.

La quería toda completamente para mí.

Podía sonar mal, pero poco me importaba, y es que yo sabía, tenía más que claro que ella iba a volver a mí.

No había chance.

Solo se está acostumbrando a su nuevo ser, está explorando, y es.. casi una persona nueva. Sus sentimientos han sido eliminados y reemplazados por el odio, pero ella iba a volver a mí.

No me digan arrogante, sabemos que así es.

Solté un bufido mientras llegaba al pequeño bar y pedía algo de tomar.

Solo me desesperaba tener que esperarla, quería tenerla ya. No haberla podido coger me frustraba mucho, pero era como si estuviera criando una niña, tenía que enseñarle.

Fue como darle un castigo, aunque sinceramente sentía que me había castigado a mí.

Quería cogerla pero no podía, porque aunque sabía que ella me deseaba, no era lo único que yo quería.

Quería que me amara, tanto como yo a ella.

Y mierda, suena cursi, pero quiera o no me enamoré y yo no la quiero para sexo.

Amelia es preciosa, pero eso no lo era todo, para sexo podía encontrar a treinta mil, podía tener a quién quisiera en mi cama, incluso a ella si quería, pero no quería obligarla, nada de eso.

—Idiota. —Escuché detrás de mí.

Por supuesto, se trataba de Amelia.

Formé una sonrisa mientras llevaba el licor en la copa y luego la tomaba.

—Debiste haberte hundido profundo esos dedos. —Dije burlón, mirándola.

—Te perdiste el show. —Dijo antes de robar mi copa.

Reí bajo, probablemente lo había hecho.

De pronto un recuerdo se hizo presente en mi mente.

En como inició todo ésto.

—Amelia. —La llamé.

Ella tomó del licor y luego me miró.

—Seamos amigos. —Propuse.

Ella alzó una ceja.

—Me dejaste inmóvil en una cama excitada, luego de haberme metido la punta de tu hermosa pija. —Reí al escuchar lo último.

Había sido impresionante el cambio de Amelia, y aun así no me dejaba de gustar.

—Y ahora querés ser mi amigo. —Ultimó.

—Y, creo que nos sentaría bien. —Dije alzando los hombros.

—¿Para qué querés ser mi amigo? ¿sabés que una relación está basada ej interés? —Cuestionó ella mirándome. —Cada quien busca lo que desea en otras personas, lo mismo con el amor. Si quieren a alguien que los escuche, buscan a alguien, si quieren pasar un buen rato, buscan a alguien, si escuchan una buena canción, quieren que alguien la escuche y, aunque para los dos sea divertido, se trata de mero interés. ¿Es esa la relación que querés tener conmigo? Vos sacás lo que querés de mi. —Dijo con una sonrisa.

Maldije por dentro cuando mi corazón se movió aceleradamente. Había acabado de recitar las palabras que alguna vez le dije.

—Tenés buena memoria, o me apreciás mucho. —Dije mirándola.

—¿Esa es la relación que querés conmigo? —Cuestionó.

—Por ahora, siendo honesto, solo quiero que nos llevemos bien. Si seguimos peleando no vas a poder aprender todo. —Dije.

Ella me miró fijamente, bastante atenta a mis palabras.

—A mi me gusta pelear con vos. —Dijo ella.

Solté una pequeña carcajada y no pude evitar agarrar su cintura y acercarla a mí. No me lo quise pensar y llevé mis labios a los suyos para comenzar besarla.

Sus labios combinaban muy bien con los míos, tenerlos juntos de nuevo se sentía tan bien.

Mi emoción subió cuando sentí las manos de Amelia aferrarse a mi cuello y profundizar el beso.

Abrí un poco mi boca dejando que nuestras lenguas se encontraran y comenzaran a jugar.

Pero no era un beso sucio, era lindo, era suave, pero apasionado.

—Creí que.. amigos. —Dijo Amelia cuando nos separamos.

No, ella sabía que yo quería más que eso.

Ya quería que fuera de nuevo para mí.

No respondí nada y me acerqué de nuevo su boca para besarla.

En seguida Amelia se dejó llevar, me encantaba tenerla conmigo.

El amor tenía arruinada mi esencia demoniaca cada que se trataba de ella, pero es que desde que la amo siento que existimos para estar juntos.

Que nunca voy a cumplir mi destino sino estoy con ella, porque ella es parte de mi destino.

Sin pensarlo demasiado, llevo mi mano debajo de su blusa, y acaricio directamente su piel fría. Mis manos suben sin alerta hasta la parte superior de su espalda, y al sentir donde está la marca, hundo un poco mis dedos para que entonces ella caiga en mis brazos inconsciente.

Es que sos mía..





















Holasss. ¿Qué creen que pasa? Ya quiero que estén juntos 😭😭

Dato curioso que no pidieron: justamente en el capítulo catorce de la primera temporada Mateo le dice las palabras que Amelia le recita aquí.

En cuánto al personaje nuevo, ya lo dijeron muchas veces en los comentarios, no en el cap anterior si no en el otro xd. C pik.

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora