El primer lugar en el que la busqué fue en su casa, la cual había estado abandonada por décadas.
—Hogar, dulce hogar. —Jodí cuando entré al lugar.
Quise mirar si había quizá algún rastro de que ella al menos había estado ahí, algo que me diera un indicio de donde podía encontrarla, pero por más que quise no encontré nada.
Como fuera, no era Sherlock Holmes como para tener que guiarme por las pistas.
La busqué dentro mío y en seguida aparecí en frente de aquella casa.
Mi ceño se arrugó puesto que yo nunca había podido llegar hasta ahí.
Gerard había muerto, la maldición se había esfumado como él mismo.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras un pequeño pánico me invadía. Estaba seguro de que Ester permanecía debajo de estas tierras que en algún momento fueron prohibidas para nosotros, y ahora que no lo era..
Cerré mis ojos con fuerza.
Por favor, que no esté viva.
¿Y si la había revivido? No sabía que iba a hacer yo.
Miré hacia la puerta de aquella casa y me acerqué hasta ésta preparándome para lo que fuera que pudiera encontrarme en ese lugar.
Abrí la puerta de golpe y entré sin pensarlo mucho.
A mi vista quedó un lugar que se me hacía bastante familiar, era como estar en aquella casa abandonada, como si la hubiera trasladado hasta ese lugar.
Velas, muñecos vudú, incienso y muchos libros. De espalda a mi se encontraba Lily, pero se dio la vuelta en cuanto llegué.
—¿Mateo? —Preguntó.
Me hice visible ante ella, incluso los brujos no podían vernos si no lo deseábamos, pero claro, ella era una bruja y pudo captar mi presencia.
—Hola. —Dije y sonreí ladeado.
Miré un poco y me di cuenta que era un lugar bastante pequeño, tenía apenas dos habitaciones, podía notar que no había presencia de nadie más, pero a veces esta bruja podía sorprenderme.
Caminé hasta cada una de las puertas y me aseguré de que no hubiera nadie.
—¿Buscás algo? —Cuestionó ella.
—Corriste aquí apenas el viejo murió. —Dije riendo.
Ella sonrió. —Me gusta mucho este lugar, está más alejado de lunáticos que quieran quemar tu casa. —Dijo ella.
—Sí, como el que vivía acá. —Alcé los hombros.
—O el que tengo en frente. —Alzó ambas cejas.
Reí ligeramente y me acerqué hasta ella.
—Desapareciste. —Dije.
—Como dije, está bueno este lugar, el infierno es un lugar muy sucio. —Dijo ella y reí.
—Para un humano, claro que sí. —Dije y ella rodó los ojos.
—No cambiás ese orgullo. —Dijo ella mirando de nuevo aquel libro.
—Como si vos lo hicieras. —Dije yo.
Me quedé observando lo perdida que estaba.
—¿Y vos qué, que andás tan pensativa? —Cuestioné.
—Se me perdió algo. —Dijo ella, alcé una ceja. —Creo que tendré que encontrarlo luego. —Musitó.
Esta perra me pone nervioso.
Una pregunta apareció en mi cabeza.
—¿Y Mary? —Pregunté.
Ella me miró fijo y arrugó el ceño levemente antes de ladear la cabeza mirándome sin entender.
—¿Encontraste la casa vacía? —Pregunté confundido yo.
—¿Quién mierda es Mary? —Preguntó ella.
Bufé. —Olvidalo.
Ella me miró fijo antes de rodar los ojos y mirar de nuevo aquel libro.
—¿Cetro? —Cuestioné.
Ella sonrió y alzó los hombros.
—Es importante guardar el poder. —Dijo. —Una USB.
Reí por lo que dijo.
—Entonces.. ¿cuando coronarás tu princesa? —Preguntó.
Ella tenía una sonrisa gentil en su rostro pero en sus ojos ardía la soberbia.
—Lo más pronto que pueda. —Dije. —Estoy tan enamorado de ella.
—Bueno, espero que se cumpla tu sueño entonces. —Dijo ella sonriendo ahora con soberbia. —Ansío la coronación.
Hija de tu puta madre.
Hola<3
Disculpen mi ausencia y la hora de actualizar, pero total me volví adicta a jugar pool xd.