Me miré en el reflejo del agua. Otra vez estaba mirándome allí en ese río.
Sí, ojalá hubiera muerto.
—Valentín.
Lo llamé. No sabía si él podía oírme, pero lo necesitaba.
Cuando escuché a alguien aterrizar detrás de mí supe que me había oído, las lágrimas corrían por mis mejillas.
Podía sentir de nuevo ese vacío dentro mío que ardía en llamas.
—¿Por qué no me morí? —Sollocé. —Tu padre tendría que haber tenido misericordia de mí, ¡es su culpa que me esté pudriendo en este infierno!
Él se sentó a mi lado y sin decir nada me abrazó.
¿Qué magia traía su esencia? Sus plumas, su mirada. Estando con él me olvidaba que era mala, y solo dejaba que me consumiera su paz.
—Hay que salvarte, Amelia. —Dijo mirándome.
Cerré mis ojos con fuerza. Cuanto quisiera que eso fuera posible.
—No podés.. —Musité.
—Te aseguro que sí, incluso los ángeles cometemos errores y vos no tenés que pagar por ellos. —Dijo él. —Podría darte un espacio allá arriba.
Yo lo miré confundida y solté una pequeña risa antes de limpiar mis lágrimas.
—No sé adónde pertenezco, pero el cielo.. es demasiado costoso, no lo merezco y es el único lugar que descarto que está hecho para mí. —Dije amargamente.
—Eso no lo podrías saber..
—¡Claro que sí! —Dije. —Sos muy lindo, posta. Pero yo no estoy hecha para eso. Estoy en el infierno porque me lo merecí. Si querés salvarme matame, pero ni siquiera hay forma de que eso pase..
Vuelvo a mirar mi reflejo en el agua, mientras siento como su mano acaricia mi espalda, hasta que toca ese punto.
Ese infierno que tengo grabado en mi piel.
Las lágrimas comienzan a correr con más rapidez y luego siento como mis ojos se cierran.
De nuevo él está ahí, y me ama tanto, me hace sentir segura de eso, con sus besos, con sus abrazos... Otra vez él está ahí conmigo.
Otra vez sus palabras inundan mi oído y me endulzan.
“Realmente estamos destinados a estar juntos”
¿Cómo pudo decirme esas palabras y luego irse?
¿Qué tenía ella que yo no?
Oh, lo amaba tanto. No podía parar de amarlo y odiarlo.
Mateo había hecho un excelente trabajo en atarme a él.
Podía revelarme ante él todo lo que quisiera pero él siempre iba a tener una parte de mí ganada, porque por más que quisiera su nombre no iba a borrarse de mi piel.
Y cuánto me gustaría escapar de él, me gustaría, pero estoy tan atada. Irme con Valentín no era una opción.
Tenía el infierno en mi alma y tallado en mi piel, porque Mateo era mi infierno y Valentín mi frontera.
Hola lindas estrellitas, gracias por haberme hecho el aguante en este maratón. Me animaron mucho y creanme que cuando están así activas la motivación que me genera es demasiado grande.
5/5 la verdad ya me agarró sueño, pero seguro mañana haga otro maratón.
Buenas noches bebés mías, que descansen, las amo muchísimo, no se olviden ❤️✨
🤩 Carita de que solo tengo ojos para mis estrellitas, deaa re cursi. Besooos.<3