Miré a Mateo al rostro, sin embargo él no me miraba, solo observaba mi cuerpo de arriba a abajo.
Quería rehusarme, pero Mateo ya me había violado antes, podía hacerlo y quedar con la consciencia limpia.
Sus manos fueron a mis piernas y las acariciaron lentamente mientras me miraba a los ojos. Traté de mover mis manos por impulso, queriendo alejarlo, pero no podía.
Sin dejar de mirarme a la cara y acercando su rostro cada vez más al mío, llevó sus manos a lo interno de mis muslos para acariciar ahí delicadamente causando una corriente excitante desde allí hasta mi entrepierna.
Trataba de que mi respiración no se volviera irregular, y por no mostrarle con mis gestos que me gustaba lo que él estaba haciendo.
Sus dedos empezaron a acercarse peligrosamente a mi feminidad, más no llegaron allí, no me tocaron. Yo sentía que estaba empezando a sudar de lo mucho que me estaba esforzando.
Me esforzaba por no decirle que me hiciera suya, me esforzaba por no pedirle que me tocara, por no besarlo, por no mostrarle lo mucho que él me encantaba.
Sus manos se alejaron de la zona para acariciar esta vez mis caderas, viajó lentamente hasta mi culo y lo apretó suavemente varias veces hasta hacerlo bruscamente.
Mordió su labio a mi vista y tiró su cabeza hacia atrás, miré su manzana y suspiré tratando de calmarme, mis ojos viajaron por su cuerpo hasta parar en su entrepierna, donde noté una erección.
Sentí mi intimidad palpitar y mi respiración acelerarse.
—Te pillé.
Alcé la mirada y noté que Mateo me miraba de nuevo, con una pequeña sonrisa.
Sus manos volvieron a mis mejillas y las acariciaron suavemente.
—Hermosa.. como ninguna. —Dijo detallando mi rostro.
El recorrido de estas fue hasta mi cabello, lo acarició hasta que tiró de él, robándome un quejido y logrando que quede mirando hacia arriba.
Mordí mi labio al sentir sus labios pegarse a mi cuello. Mis dedos de los pies se movían inquietos en el piso.
Ahogué un gemido al sentir sus dientes clavarse en mi piel y tirar de ellos de una forma poco delicada pero excitante.
—Se que te vuelvo loco. —Musitó antes de repartir besos por mi cuello.
Bajó estos por mi pecho y lo miré cuando llegó a mis pezones, sus ojos me miraban con inocencia, mientras lograba que yo perdiera la cordura.
Su lengua tocó mi pezón y comenzó a moverla encima de este, fruncí un poco mi ceño mientras sentía sus manos de nuevo en mi culo.
—¿No querés que te toque? —Preguntó él antes de absorber suave mi pezón.
Pasó su lengua de nuevo por este antes de pasar a jugar con él otro.
—¿Querés que me detenga? —Preguntó.
Cerré mis ojos y negué con la cabeza.
Los demonios.. tan dados a la lujuria.
Holaaaas.
Tengo 4 tareas de matemáticas para hoy. Así que adelantaré un poco y sigo en un rato. Las amo<3
Mateo me re puede, sorry not sorry.