Amelia
Mis labios seguían pegado a los suyos pero ninguno hacía ningún movimiento.
Llevé mis manos a su espalda y lentamente fui subiendo hasta llegar a su nuca, mis labios se movieron sobre los suyos y sentí un cosquilleo cuando él me correspondió.
Sus labios se movían suavemente sobre los míos, de una forma delicada.. con la cual no había sido besada jamás.
No sabía por qué pero algunas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, quizá era por lo débil que él me hacía sentir.
Me hacía sentir como si yo fuera algo más que lo que soy.
Sus labios suaves atrapaban los míos, y sus manos fueron a mis mejillas para acariciarlas lentamente. Valentín abrió un poco su boca dándole paso a mi lengua y yo no dudé en meterla en su boca.. pero no fui brusca ni acelerada, lo besé simplemente con la pasión de mis llamas
Se sentía tan bien que no quería que se detuviera nunca.
Sus manos fueron bajando a mi cuello, acariciándolo mientras yo disfrutaba del dulce beso.
Sin embargo, se detuvo y me miró con pesar.
—También te quiero.. —Musitó mirándome a los ojos.
Iba a hablar cuando sentí como algo me tragaba y caía duramente en una superficie sólida.
Fruncí el ceño cuando todo a mi alrededor estaba oscuro, hasta que una antorcha en una pared a mi derecha se encendió, dejándome ver donde me encontraba.
Una celda.
Me levanté del suelo viendo las barras frente a mí. Las agarré con fuerza y miré alrededor.
Mi corazón se movía con demasiada intensidad.
—¡¿HOLA?! —Grité desde ahí.
Sos un demonio, Amelia. Abrí la puerta.
Suspiré y miré la puerta esperando que se abriera pero no lo hizo. Me estaba comenzando a alterar.
Agarré la puerta con fuerza esperando destruirla con mis manos pero fue imposible.
Solté un gruñido tratando de destruirla, encenderla, sacarla, lo que fuera.
Solté y tomé aire casi jadeando al ver que no sucedía nada.
Sentía que me estaba debilitando.
Apreté mi mandíbula con enojo. ¿Fue Valentín?
¿Fue una trampa?
Golpeé la pared con rabia.
—¡¡EY!! —Grité golpeando las barras.
Tiré mi cabeza hacia atrás y jalé de mi cabello.
Escuché unos pasos y me asomé de nuevo a las barras pero no veía nada, todo se veía oscuro afuera.
Mordí mi labio inferior por la ansiedad que estaba sufriendo.
Los pasos sonaban cada vez más cercanos.. y entonces vi una sombra frente a mí.
Al ver sus cuernos supe que definitivamente no había sido un plan de Valentín.
Y que una cárcel en el cielo no luciría tan lúgubre...
Holaas. Re tarde ya sé, pero vine contenta, emocionada, alegre.
¿Quieren que haga maratón? lo hago si están activas, lo voy a poner en marcha d1 pero si veo que no lo termino jajsjajs.
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