Miré a Peter en su cama, había sido muy obediente con todo el proceso, por lo que supuse que él había mantenido bastante contacto con el mundo en el que su padre se había metido.
Después de haber hecho el ritual cayó inconsciente en el piso, así que lo traje hasta su casa. Es increíble el como se puede saber todo de una persona.
Miré un poco su habitación y me di cuenta de que tenía muchos libros.
Es que, no era muy difícil de deducir, todos esos libros grandes y viejos, que además se notaban que estaban empolvados. No eran suyos, eran de su padre.
Su padre había sido asesinado por el diablo, ¿en serio?
"Mi papá no era simple".
Claro que no.
—Era un brujo. —Susurré.
Miré de nuevo atrás de mi.
Peter estaba abrigado por la manta, excepto su espalda, que aún quedaba una buena parte al aire. Miré las palabras hebreas en su espalda "Amelia".
Ladeé mi cabeza. ¿Qué es lo que él quiere?
Me ponía un poco nerviosa, y unas ganas de matarlo nacían en mi interior.
Pero no lo iba a hacer, porque adoraba los misterios, y él era uno.
Estaba mal que pensara tanto en Mateo, pero en situaciones como éstas, mi mente trataba de ver todos los momentos que pasamos juntos desde sus ojos.
Desaparecí de aquella escena para aparecer entonces en el palacio.
Miré mi cama y divisé el cuerpo de Mateo en mi cama, estaba acostado boca arriba mirando el techo.
Notó mi presencia y llevó su mirada hacia mí, una sonrisa apareció en mi rostro.
—¿Quién sos? —Sonreí mirándolo antes de sacarme los zapatos y sentarme en la cama.
—¿Cómo te ha ido? —Preguntó.
—Tengo varias almas. —Dije mirándolo con una sonrisa pícara.
A veces me parecía que Mateo se había vuelto más tierno, pero si lo pensaba bien, no era así. Me sigue pidiendo las mismas cosas que antes, solo que era una humana.. y todo era demasiado para mí.
Él tenía razón cuando dijo que ahora que era un demonio entendería su amor más que nunca. Cuando quería que hiciera cosas malas solo quería mantenerme con él.
—Hoy fue extraño. —Dije mirando a la nada, pensativa.
—¿Por qué? —Preguntó.
Negué con la cabeza.
—No lo sé, conocí a un pibe extraño, y además.. agradable. —Dije recordándolo.
Si él tenía un secreto tarde o temprano lo descubriría, ¿no?
Miré a Mateo y él me miraba serio con una ceja levantada.
—¿Qué? —Alcé una ceja.
—¿Agradable? —Preguntó y luego frunció el ceño. —Los humanos no son amigos de los demonios.
—Vos y yo lo éramos. —Dije. —Y solo querías mi alma.
—Sí, y mirá en lo que terminamos. —Dijo con molestia.
Solté una risa.
—Jodete, Mateo. Mirá si me voy a enamorar de un humano. —Dije y él alzó los hombros.
—No sé, que se yo.
Rodé los ojos.
—Olvidalo mejor. ¿Vos como andás? —Pregunté. —Siempre estás en otra.
Él miró a la pared.
—No sé, hay algo extraño también, estoy divagando un poco. —Dijo perdido.
—¿Qué?
Él se quedó en silencio.
—Mateo..
—Lo siento bebé. —Dijo mirándome. —Pero no te voy a meter en eso.
Alcé una ceja. —¿En qué? ¿qué es que no puedo saber?
Mateo se acercó para besarme pero moví mi rostro a la izquierda.
—Sabés qué, dejá. —Dije.
Ni me iba a meter en sus asuntos, pero tampoco lo iba a meter en los míos.
Mmm, ¿buena o mala decisión? :/
El próximo cap damos bienvenida al nuevo personaje?:D