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Valentín

Las puertas de cristal se abrieron frente a mí, gracias a que era un arcángel podía tener acceso hacia los máximos líderes. Tales como Gabriel y Miguel.

Pero tenía que hablar primero con Miguel, ya que éste me había llamado, y luego iría donde Gabriel a hacerle algunas preguntas.

—Valentín. —Me llamó Miguel desde su trono de oro, vestido con una bata blanca que demostraba su pureza.

—Ya estoy aquí, Miguel. —Le dije en cuanto estuve frente a él.

Me preocupé un poco por la seriedad que llevaba en su rostro, por lo que supuse de que se trataba.

—Amelia. —Dije yo y él asintió.

—¿Qué hacés cuidando un demonio? dios nos ha enseñado a amar, pero tenemos enemigos. —Dijo él. —¿Por qué la curaste en vez de matarla?

—Porque el error fue de Gabriel, no de ella. —Dijo él.

—¿Mi error?

Miguel y yo nos dimos vuelta cuando vimos entrar a Gabriel, vestido al igual que Miguel.
Se acercó hasta nosotros y me miró con una ceja levantada.

—Vos fuiste el que le anunciaste la profecía a Louis. —Le dije y él asintió.

—Era Amelia o Ester. —Dijo Gabriel.

—Fallaste por lo visto. —Dijo Miguel.

—Yo no fallé. Si Ester se hubiera convertido en bruja, la humanidad se habría casi echado a perder. Y en cualquier caso, no podíamos interferir con los planes del demonio. Amelia iba a conocer a Mateo sí o sí, y si yo no hubiera anunciado la profecía de igual forma habría muerto. —Dijo él en su defensa.

—Si Amelia hubiera muerto en manos de Mateo, al menos le habrían tenido misericordia. —Le dije yo.

—Bueno, yo cumplí con dar mi mensaje. ¡Además! Louis me pidió apoyo no por la humanidad sino porque aquella era su hija y no quería que fuera una bruja. De hecho, si lo miran bien, Ester tampoco quería ser bruja. —Dijo Gabriel.

—Amelia no tenía que pagar por eso y eso sí que ha sido tu culpa. —Le dije.

—¡Bueno! —Interfirió Miguel. —Es un demonio ahora, ¿para qué discutimos el tema? Bien sabemos que para los demonios no hay perdón.

—Amelia no entra en esa lista. —Dije logrando que los dos me miren atentos. —No hay perdón para los de origen celestial, Amelia era una humana, no conocía a dios. ¿Como juzgarla? Para un humano hasta el infierno es la salvación.

Ellos se miraron entre sí y Gabriel hizo una mueca.

—Mirá, Valen. Yo no puedo controlar todo. Hice lo que tuve en mis manos. Miguel está encargado del ejército, hablá con él. —Dijo Gabriel. —Me tengo que ir..

Y tras decir eso, salió del lugar, dejándome de nuevo en intimidad con Miguel.

—Amelia no tiene la culpa. —Recalqué.

Miguel me miró y asintió, se veía un poco pensativo, no sabía muy bien que decir, hasta que finalmente habló.

—Es un tema delicado. —Su tono de voz confirmaba sus palabras. —No es tan fácil Valentín.

—Ella no es tan mala, simplemente está perdida y..

—¡Es la prometida de Trueno! Van a coronarla. —Frunció el ceño.

—No si lo impido. —Dije rápidamente.

—¿Y cómo pensás impedirlo? Ponés mucho en riesgo Valentín. —Dijo y me miró fijamente. —Esto solo tiene dos resultados. O la salvas, o ella te arrastra a vos.

—¿Puedo proceder con mi plan entonces? —Cuestioné.

—Vos afrontás las consecuencias. —Dijo él y miró a otro lugar.

Es un sí.














Buenooo. ¿Noche de actualización, o van a mimir?

HELL II [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora