Alana es seductora y peligrosa, no conoce límites, está decidida a destruir a cada hombre que se interponga en su camino. Ella buscará la venganza en contra de aquel que en realidad la hizo sufrir en cada rostro masculino que pase por su negocio. ¿Q...
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Celebramos al final de la noche mientras yo abría una botella de Champaign, causando que el corcho volara por los aires y que parte de su contenido se derramara en el suelo. Las chicas y yo usábamos nuestra nueva joyería.
—¡Jezzabelle! —Austin interrumpió—. Ahora tendré que poner a ser secar esos dólares que humedeciste.
El suelo del lugar estaba cubierto de efectivo; Donde quiera que pisáramos, era seguro que un billete grande estaría bajo nuestros pies.
—¡Esta noche fue maravillosa Jezzabelle! —Alexis explicó.
—¡Brindemos por eso! —Dije mientras levantaba mi copa para que todos hicieran sonar la suya contra la mía.
—Y por el anciano que no soportó tus últimos dos latigazos en la cara —Todos empezaron a reír—. A veces eres un poco sangrienta Jezzabelle...
—¡Para hacer este momento mucho más ameno, fiesta de piscina, el viernes, en el Luxe Sunset Boulevard Hotel de los Ángeles! Va a ver licor, un par de juegos de mesa y nos vamos a divertir mucho.
Las chicas se escandalizaron, emocionadas.
—¡Mjum! Emm... sí. Ustedes no irán. —Les dije cortándoles la emoción de golpe. Es algo privado y solo para mis asistentes personales así que... —Luego posé mi vista en Nayrid y Selena y decidí invitarlas a unirse. —Ustedes dos si vendrán...
—Suertudas. —Stefanny se dirigió a ella con algo de envidia.
—En cuanto a ustedes chicos, los quiero a los tres allá, a las ocho de la noche. No lleguen tarde, lleven Champaign y por favor, no usen pantalones. —Le di un sorbo a la copa que estaba sosteniendo y voltee hacia mi mejor amigo—. ¡Y Austin por favor no lleves los gatitos!
—¡Dominick, tú también estás invitado! —Austin me hizo una mala jugada mientras yo casi escupo el sorbo de la copa. No pensaba invitarlo después de haber hecho ese comentario tan sexual.
—¡Me encantaría! —Dominick le dio una sonrisa cómplice a mi amigo—. Los veré allá, es un poco tarde. ¡Y no llevaré pantalones!
Él me dio un beso en la mejilla para despedirse, luego pasó al lado de Austin al que le dio un pequeño golpe en el hombro antes de salir por la puerta.
—¡Oh sí! Lo verás en ropa interior, como si no estuvieses deseando eso. —Se mofó.
—¡Austin te voy a voy matar! —Le dije tratando de alcanzarlo con mi mano, pero él empezó a correr hacia las escaleras y yo detrás de él.
Al día siguiente.
Vestida en un catsuit y moviendo el cabello de mi coleta alta al son de mis resonantes pasos entré a la sala de estar donde ahora mi equipo estaba desayunando.
Moví las cadenas para indicarle a mis perros que se detuvieran de gatear por el suelo.
—¡Buenos días! —Expresé sonriente subiendo uno de mis tacones por encima de la espalda de mi nuevo sumiso moreno.