El éxtasis de una pasión

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  Aveces tomamos decisiones peligrosas, y solo nos arrepentimos de ellas cuando ya es muy tarde. Nos dejamos incentivar por el morbo, por la lascivia impregnada en nuestras concupiscencias, sin detenernos a pensar en a quien lastimamos con nuestras acciones.

  El único problema es que cuando estás dentro del éxtasis de una pasión, es imposible no rendirte a lo que tu cuerpo pida.

  Después de un par de acalorados besos entre él y Selena, Christian Shannel comenzó a desabrocharse la camisa, deslizando sus manos en la apertura de cada botón, mientras yo me recostaba en el acolchado sofá mirando atentamente.

  Se sacó las faldas y mientras retiraba su camisa por entre sus gruesos bíceps, noté como desde el centro de sus entradas se desprendía una serie de venas  fuertes... ¿Soy solo yo o aquí hace calor?

  Él notó que yo no me perdía ningún detalle, ignoraba casi por completo a Selena quien ya estaba sobre la cama de juegos introduciéndose un par de dedos en su interior y gimiendo como una perra.

  Christian se desabrochó el cinturón, y no dejó de mirarme con una sonrisa retadora, Selena levantó la cabeza levemente sin dejar de masturbarse para mirarle los abdominales perfectos que manejaba. El tipo tenía el paquete a reventar, la erección que mantenía era más que clara.

  Se bajó el cierre dejando ver una ropa interior blanca que se transparentaba al estirarse, por lo que la forma de su miembro era visible en todo su esplendor, en especial por la mancha de humedad causada por el precum que ya emanaba de su mástil.

  Por más bizarro que me pareciera, podía sentir como mi ropa interior comenzaba a sentirse húmeda en sobremanera al mirar a ese macho apunto de reventar el slip con su virilidad.

  Él le hizo a Selena una señal con la cabeza y ella de inmediato se mordió el labio y se incorporó frente a él para tomar con las manos el elástico de la única prenda que cubría la desnudez de Christian mientras él le acariciaba un pezón con su mano, apretándolo con los dedos.

  Mantenía su mirada sobre mi, y yo la mía sobre su paquete esperando a que Selena al fin lo liberara. Trataba de mostrarme algo desinteresada, pero por la sonrisa de Christian podía notar que no estaba teniendo éxito.

  Deslizó la tela lentamente dejando que el miembro descomunal de él rebotara al salir mientras ella sonreía sorprendida del tamaño y el grosor tan irreales de la herramienta masculina de Christian. Ella lo descapulló al instante logrando que él inclinara la cabeza hacia atrás mientras un par de gotas de su lubricación caían al suelo. Su glande era rosa y esponjoso, con una abertura grande y su prepucio se podía retraer totalmente. No trenía curvatura y un par de testículos grandes adornaban la base, cubierta con un pubis de vellos finos y perfectamente recortados.  La mano de Selena no era suficiente para poder rodear el grosos del pene de Christian, tampoco podía sostener ambos testículos a la vez.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora