Volar

587 86 77
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


   Christian se acercó a mi con los ojos humedecidos, yo escondí la prueba de embarazo para evitar que pudiese verla.

—Había descubierto que Dominick no era un ingeniero pero jamás vislumbré todo esto... Si tan solo hubiera estado contigo... ¡Lo habría matado antes de que te hubiese hecho algo! —Christian empezó a llorar desconsoladamente, era como si él sintiera mi dolor.

  Mis ojos también se humedecieron por un momento al acercarme a él para quitarle una lágrima del rostro.

—Nadie hubiera podido protegerme de esto... ¡Ni siquiera yo termino de entender porque Dominick me hizo todo esto! Tal vez solo lo meres... —Él me interrumpió.

—No digas eso... Nadie merece algo así... —Christian me tomó en sus brazos para abrazarme con mucha fuerza y yo no pude evitar llorar nuevamente sobre él, pero esta vez, ambos lo hacíamos.

  No quería decirle de mi plan de irme, sería demasiado para él darse cuenta de que sería la última vez que iba a poder abrazarme.

—Buscaremos ayuda para ti, necesitas atención psicológica por tu depresión... ¡Pagaré los mejores médicos y te juro que vas a superar esto! Yo voy a estar a tu lado a cada paso que des...

  Me enternecieron sus ganas de ayudar. Y solo atiné a darle un beso suave cerca de los labios que pareció durar toda una eternidad.

—No tienes que sentirte culpable... Gracias por tratar de protegerme... ¡Y tú siempre vas a estar conmigo! —Le dije dejándolo abrazarme una vez y aferrándome a él por un par de segundos. Despedirme en silencio era una agonía lenta—. Tengo algo de sed... ¿Podrías traerme agua?

—¡Claro! —Se aclaró la garganta tratando se secarse las lágrimas, se giró y nos dimos una pequeña sonrisa entre lágrimas, luego bajé la mirada para ver como nuestras manos se despegaban.


Pov. Omniciente.


Melinda miró a su abogado mostrando confusión.

—Eso no puede ser, acabo de darle los papeles para ponerlas a su nombre.

—El nombre que la señorita anotó en el papel es "Austin Kutcher".

—¿Está seguro? —Trató de confirmar.

—La señorita Devon también le trasfirió esta mañana su parte de las acciones al señor Kutcher.

—¿Qué es lo que dice? —No podía creerlo

—¿Qué desea que haga con el documento que acaba de entregarme?

—¡Tramítelo! —Melinda miró a Austin quién seguía disfrutando del show.—. ¡En un segundo regreso!

  Se acercó y puso su mano sobre el hombro de Austin.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora