La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ]

El cuarto blanco

Club Devon, Los Ángeles, California, 22 de febrero de 1986

   Melinda convocó a una reunión con los miembros del personal del club. Austin, Alexis, Blake, Ella y yo. Dynia, Nayrid y Christian parecían oyentes.

—¡Los convoqué aquí porque hay algo de lo que debemos hablar! —Revisó un par de papeles.

—¿Enserio? Casi te mata un psicópata y tú quieres ver temas administrativos tan pronto. —Ironizó Dynia.

—Casi me mata por que me confundió con su Ex... En todo caso, si no te gusta, puedes salir y dejar a los miembros que si tenemos voz y voto hablar a solas... —Sonrió.

—Al menos no te volverás a vestir igual que yo, no te preocupes, no te quedaba el estilo. —Le respondí por ella—. Y tampoco estoy de buen humor, así que habla claro y conciso. ¿Quieres?

—¡Nayrid! —Ella levantó la cara un poco atemorizada—. ¡No veo tu reporte de ganancias en la de los últimos días! ¿Puedes explicarnos?

—¡Yo...eh...! —No pudo terminar de formular una frase.

—¿No? Muy bien, estás despedida. ¡Gracias a todos por venir! —terminó.

  Nayrid estaba a punto de romper en llanto y yo no podía dejar que Melinda la echara a la calle y mucho menos con un niño en su vientre. ¡Era el momento de decir la verdad!

—Melinda, esto no es por el reporte de ganancias, es por el trago que te vació en la cara. ¿No es así?

—En parte... —Dijo ella sin dejar de mirar los papeles.

  Miré a Nayrid para que se confesara pero tenía miedo por lo que tuve que darle un pequeño empujón. 

—¡Está embarazada! Perra idiota. —Le aclaré—.

  Ella se incomodó por mi indiscreción, pero era muy necesaria.

—Entonces ¿Tú sabías de esto Alana? —Melinda levantó las cejas.

—¡Deja de llamarme así! —Me desesperé retrayendo la mano como si fuesen garras para no intentar aniquilarla de nuevo, arrepintiéndome por no dejar que Ashton se la llevara—. ¿Y quién crees que le dio la orden de no trabajar? Si tuvieses una mejor relación tu personal en lugar de enfocarte en tratar de arruinarme lo hubieses sabido. —Todos abrieron la boca sorprendidos por la noticia, en especial Blake.

—Comprendo, pero Nayrid debe entender que siempre hemos sido muy claras con las reglas. ¡No debió haberlo hecho con ningún cliente sin protegerse!