Perlas a los cerdos

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Club Devon, Los Ángeles, California, 14 de febrero de 1986

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Club Devon, Los Ángeles, California, 14 de febrero de 1986. Un mes después...


  Preparada para reinaugurar el club después del incendio en una fecha especial; El día de los enamorados. Preparamos una fiesta de antifaces para la noche. Las chicas estaban emocionadas de salir a escena de nuevo y para ser honesta, también yo.

—¡Jezza! Puede decirse que todo está listo y completamente perfecto para hoy. Solo falta que nos pongamos nuestros trajes y antifaces y ¡Boom!

—¡Austin, genial! Qué bueno que Alexis te sacó de ese incendio. Y es muy pronto para bromear con frases como "boom" —le recordé.

—Bueno, creo que también es genial que hayas podido reabrir el club, asociarse con esa misteriosa empresa "Mesh Industrys" fue una gran idea. ¡Pensé que no volveríamos a abrir!

—¡Pero el presidente de "Mesh Industrys" quién pagó por todo esto, también es dueño del cincuenta por ciento de mi negocio, lo que quiere decir que dividiremos las ganancias a la mitad! —Levanté mis manos para hacer un ademán de obviedad—. ¡Fue muy generoso, no puedo esperar para conocerlo esta noche!

—Y ahora que lo mencionaste... ¡Alexis sale hoy del hospital, supongo que vendrá!

—¡Así es! – Le tomé la mano—. ¡Sé que has estado yendo todos los días a verlo al hospital! Pero... es el día de los enamorados, y quisiera verte feliz con alguien que sí te corresponda. Muchos galanes guapos de L.A. vendrán hoy... ¿Quién sabe? ¡Tal vez encuentres al amor de tu vida hoy! —Le extendí una tarjeta que estaba en el buzón de correspondencia dirigida a él para que la abriera.

  Austin rompió el sobre con curiosidad para leer la nota.

—¿Qué dice? —pregunté impacientada.

—Dice que tengo un admirador... y que vendrá a verme esta noche. Me esperará a las doce en punto, a la hora del brindis al pie de la escalera con una rosa en su traje. —Austin se emocionó llevándose la carta al pecho.

—¡Diablos, no puedo esperar para ver de quién se trata! —Empecé a sobre pensar en las posibilidades. —¡Tal vez sea Mark Romanov! ¡Vi como te miraba el sábado mientras firmábamos el contrato de los licores! ¡Es muy apuesto!

—Hablando de galanes... ¿Ya Dominick y tú hicieron los pases? ¿Tendrán una cita esta noche?

—A decir verdad... Vendrá hoy y espero que podamos arreglar las cosas... Creo que le debo una disculpa... Sin emabrgo, mi cita será con el presidente de la compañía. Me envió una invitación y creo que debo aceptar.

—¡Eso es bueno, me alegro mucho por ti, Jezza! —Austin y yo nos dimos un abrazo fraternal antes de seguir preparándonos.


La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora