Deseo de sangre

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Club Devon, Los Ángeles, California, 15 de febrero de 1986.


  Terminé de cerrarme un apretado vestido de cuero negro brillante y corte de corazón en el escote que dejaba descubiertos mis hombros para lucir un collar de rubíes. Me coloqué unas grandes argollas de plata como pendientes y en ambas muñecas piezas idénticas de pasamanería fina.

  Abrí la puerta del cuarto con cautela mientras la cabeza de Austin estaba recostada sobre el pecho lleno de vellos de Alexis, mientras ellos miraban la televisión. Entré tratando de hacer el menor ruido con mis tacones en el suelo. y luego me lancé en la cama de un salto cayendo justo en medio de los dos.

—¡Jezza! ¿Qué demonios quieres? —Austin me preguntó acariciándome el cabello mientras yo me reía como una adolescente.

—¡Solo venía a ver cómo les fue en su primera vez! —Le dije mientras continuaba riéndome.

—¡Lamento decepcionarte, pero no lo hicimos! —confesó Alexis.

—¡Alexis, no la animes! —reprochó.

  Miré a Austin con sorpresa.

—Al menos dense un beso de buenos días ¡Se ven tan tiernos! —les supliqué.

  Alexis le dio a Austin una sonrisa, y luego acercó sus labios a los de él, dándole un dulce beso en la boca que derretía corazones, y luego poniendo su frente contra la suya con los ojos cerrados. Les estiré los labios para bromear un poco.

—¿No hay beso para mí? —Les pregunté tratando de no retraerlos mientras ellos se reían.

—¡No, claro que no! —Austin se sentó sobre el abdomen de Alexis, rodeándolo con las piernas y posándole las manos en su barba, para fundirse con él en un beso un poco más apasionado el cual Alexis respondía con intensidad sosteniéndolo por la cintura.

—¡Ok, ya tuve suficiente de su amor egoísta hacia su mejor amiga! —Me incorporé para hacerme una coleta alta en el cabello—. ¡No tarden mucho, los espero abajo para desayunar! —Luego enfaticé con el indicé apuntando hacia Austin—. ¡Buenas noticias, ya tenemos personal de cocina, así que, aunque extrañaré tus tostadas creo que podrás utilizar tus mañanas más que para cocinar de ahora en adelante!

  No estaba realmente segura de si Austin me había escuchado salir, lo último que presencié fue que Alexis tomó el control, dándole la vuelta para ponerse arriba de él sobre la cama mientras lo besaba con mucha intensidad, así que solo cerré la puerta.

  Pasaron un par de minutos hasta que mi equipo principal se reunió en la mesa del nuevo comedor para que nos sirvieran el desayuno. Miré a Nayrid y Blake a mi izquierda, y a Austin y Alexis en mi derecha, mientras la sirvienta destapa delante de mí el exquisito desayuno que había preparado. Le agradecí con una sonrisa y me dispuse a empezar a comer mientras charlaba con mis amigos, pero fui interrumpida por una desagradable sorpresa que cruzó la puerta del salón lanzando un par de maletas al suelo.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora