La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ]

Heroína

   Los violines de la serenata seguían tocando alegremente mientras la señora Dagniton era sacada en una camilla al haberse desmallado. El señor Dagniton caminaba detrás de ella rascándose la cabeza y su hijo los seguía llorando y caminando con las piernas muy abiertas mientras se sostenía el trasero.

  Bajé las escaleras dejando atrás a todos y me senté el sofá sintiéndome miserable. Estaba tan abrumada por el momento que no me detuve a pensar en lo peligroso que era dejar a Dominick y Christian juntos. Me llevé las manos a la cara sintiéndome algo avergonzada. Alexis bajó acompañado de Austin.

—¿Jezzabelle puedes explicarnos que rayos pasó aquí? —Alex parecía algo confundido.

—¡Esa es mi señal! —Austin prefirió retirarse antes de verse involucrado.

—¡Si por favor explícanos! —Interrumpió Melinda.

—¡Tú lárgaaateee de mi vista, perra de mierrr! – Me abalancé sobre ella, pero Alexis me sostuvo por la cintura—. ¡Alexis, sácala de aquí antes de que la mate!

  Me soltó para escoltar a Melinda afuera. En el jardín del club, ella se detuvo para conversar con él.

Pov. Omnisciente.

  Arriba, Christian intentaba recoger un poco del desorden que había dejado el paso de los Dagniton.

  Dominick se inclinó a recojer una camisa blanca y miró a Christian de manera sospechosa.

  Se llevó la camiseta al rostro y la olió levemente. Luego se levantó y se la entregó a Christian como si nada.

—Parece que alguno de ellos la dejo aquí. —Christian cambió por completo su semblante al verse casi descubierto.

  Le agradeció y siguió recogiendo cosas mientras Dominick reconstruía la escena que pudo haberse vivido dentro del cuarto la noche anterior.

  Miró debajo de la camilla y vio un par de slips blancos. Volteó su mirada a Chistian quien seguía distraído y los sacó.

 Notó la mancha de humedad, y luego se llevó la prenda a la nariz, inhalando el aroma que expedía y dejándolo entrar por sus poros.

  —¿Te divertiste con Jezzabelle anoche? —Se incorporó Dominick preguntando con seriedad.

  Chris se hizo el desentendido.

—¿De qué estás... ?—Dominick lo interrumpió mostrándole su slip. —¡Eso no es mío! —Se negó.

—¿Me crees idiota? ¿Crees que no noté que ambos llevaban su camisa y que precisamente la que acabo de encontrar te la vi puesta justo ayer?