El cuento de las tres hermanas.

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La escuela nunca había sido el punto más fuerte de Naruto, Kushina siempre se esforzaba por ayudar a su hijo con los deberes, pero era demasiado parecido a ella para su propio bien ¿porque no pudo sacar la tranquila actitud de Minato en vez de su hiperactividad?

-¡mamá, ya llegue!

Kushina sonrió, su hijo era lo más importante en su vida, pensar en todo lo que tuvieron que pasar para llegar ahí...

-¿como te fue hijo?

Naruto en seguida fue con su mamá a ver qué estaba cocinando para la cena, Kushina sonrió con ternura.

-¡si!- Naruto hizo una pose de victoria- ¡ramen!

Kushina le dio un golpecito con la cuchara en la cabeza, intentando regresar a su hijo a la realidad.

-ay- Naruto se sobo la cabeza- estuvo muy bien, él teme sigue siendo un amargado pero me fue bien. Aunque tengo que hacer un proyecto en equipo con Shikamaru, Kiba y el teme.

Siempre le había causado gracia la extraña relación de rivalidad que su hijo tenía con el pequeño Uchiha, le recordaba de cierta manera a su amistad con Mikoto, aunque a esta no le gustaba para nada el apodo que Naruto le había dado a su hijo.

-¿y de que se trata ese proyecto?

-tenemos que hacer una investigación sobre el clan Haruno, ne mamá, tu y papá deben de saber mucho sobre el clan de tía Mebuki ¿cierto? Dattebayo.

Kushina se quedó en silencio, Mebuki Haruno era de sus mejores amigas, la había conocido desde la academia y siempre la ayudó cuando la molestaban por su cabello rojo. Sin embargo, no conocía mucho del clan de Mebuki, el clan Haruno siempre fue de los menos apreciados de la aldea. Aún recordaba como su amiga se le pasaba dándole una buena lección a aquel que se le ocurriera decir algo sobre su clan.

-Bueno, realmente sólo se lo que todos sabemos- dijo Kushina mientras cortaba el cebollín- ya sabes, lo de la fuerza descomunalmente monstruosa y que tienden a ser un poco explosivas.

-¿solo eso?- Naruto parecía muy decepcionado, pensó que por la relación que sus padres tenían con Mebuki Haruno ese proyecto sería muy fácil.

Kushina soltó un suspiro y volteó a ver a su hijo.

-tal vez podría llevarlos a ti y a tus compañeros mañana a la panadería de Mebuki-chan para que le pregunten lo que necesiten saber.

Naruto asintió con mucha emoción, después de todo su tía Mebuki hacía el mejor pan de la aldea, aunque aún seguía prefiriendo el ramen por sobre todo, pero el pastel de chocolate de tía Mebuki era un postre celestial.

Naruto asintió con mucha emoción, después de todo su tía Mebuki hacía el mejor pan de la aldea, aunque aún seguía prefiriendo el ramen por sobre todo, pero el pastel de chocolate de tía Mebuki era un postre celestial

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Sakura estaba muy feliz con la forma en que habían terminado su proyecto, de seguro les iría muy bien.

Después de ese día en la academia, Ino la había invitado a su casa para comer y luego la señora Yamanaka las llevó a la biblioteca para que pudieran acabar su trabajo.

Tener una amiga era genial, Ino le caía muy bien y la convivencia entre ellas era de lo mejor. Era lindo tener con quien hablar y compartir experiencias, especialmente si eran de la misma edad.

Ahora iba de regreso a su casa, luego de convencer a la señora Yamanaka que se sabía de memoria el camino de la biblioteca hacia su hogar.

Desde donde estaba pudo oler el reconfortante olor a pan recién hecho que le indicaba que estaba muy cerca de su amado hogar.

-estoy en casa- dijo Sakura mientras dejaba sus sandalias en la entrada. Pudo escuchar unas risas provenientes del salón donde su abuela acostumbraba a tomar el té y observar el gran tapiz familiar.

-cariño- su madre estaba saliendo de la cocina con una bandeja llena de bocadillos y tazas de té- ven, ayúdame, tenemos invitados.

Sakura frunció el ceño, nunca tenían invitados, a menos que fuera algún amigo de su abuela o su tía Rei.

Pero no dijo nada y ayudó a su madre.

Grande fue su sorpresa al ver quienes estaban en el salón. Kushina-sama estaba sentada bebiendo té mientras veía a Nami Haruno hablando frente a él curioso grupo de niños. El Uchiha cabello de pato escribía en un cuaderno todo lo que su abuela decía, Kiba estaba algo distraído viendo el tapiz detrás de su abuela y las fotos de sus familiares, Shikamaru estaba medio despierto y Naruto oía con mucha atención lo que la abuela tenía que decir, eso era raro.

-ah Sakura, llegaste cielo- dijo su abuela, los presentes voltearon a verla- ven, estaba a punto de contar la historia de las hermanas.

Sakura conocía esa historia desde que tenía memoria, era la historia de las primeras Haruno en la tierra.

Su abuela le hizo una seña para que se sentara a su lado.

Hace muchos años, cuando los dioses aún vagaban por la tierra, antes incluso de la intervención de Kaguya. Tres grandes diosas aparecieron en la tierra, asombradas por la majestuosidad que la tierra tenía para ofrecer decidieron brindar un regalo a esta.

La diosa de la sabiduría creó una niña a su imagen y semejanza, con la sabiduría e inteligencia que ella poseía.

La diosa de la caza y la batalla creó una niña a su imagen y semejanza, con la destreza y agilidad que esta poseía.

La diosa de la belleza creó una niña a su imagen y semejanza, con el pudor y la belleza que ella poseía.

La tres niñas fueron criadas como hermanas, y bendecidas con el don de una gran fuerza descomunal empezaron a brindar ayuda a los humanos.

Pero la hermana mayor se enamoró de alguien que no debía, los humanos indignados decidieron castigar a la hermana y le arrebataron la vida.

La segunda hermana, llena de dolor y venganza decidió usar los dones que se le fueron otorgados para vengar a su pobre hermana. La hermana menor quiso detenerla, pero está estaba cegada por su pena y no pudo hacer mucho contra su propia hermana.

Las diosas se enfadaron ante las acciones de su hija, y decidieron soltar su ira hacia esta.

Hicieron que las hermanas restantes se enfrentaran entre ellas, la menor solo quiso liberar a su hermana de la ira que la consumía y con su poder pudo vencer a su mayor.

Pero las diosas se dieron cuenta del poder de sus hijas y decidieron ponerle un freno.

Si alguna de las futuras hijas de la última hermana cometía un acto que ellas consideraran injusto seria castigada. Su fuerza sería menguada, sus hermanas le darían la espalda y vagaría por el resto de sus días, sin sentir la gracia de las diosas.

La hermana menor se enamoró de un hombre justo y de buen corazón, dio a luz a sus hijos e hijas y así nació el clan.

Clan que fue nombrado en honor a los campos de primavera que asombraron a las diosas creadoras en su momento.

El clan Haruno.

¿Continuará...?

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